La Terrassa del futuro camina hacia un escenario de movilidad sostenible y segura, que prioriza los desplazamientos a pie, el uso de la bicicleta y el fomento del transporte público. En la década del cambio climático, la ciudad hace una apuesta clara por la mejora de la calidad del aire, después de que en días de saturación Terrass lidere los indicadores de CO2 y de partículas en suspensión en algunos de los tramos más congestionados. El objetivo es mejorar la calidad del aire y preservar la salud.
El Plan de Movilidad fija como objetivo la reducción de un 12% de la cuota del vehículo privadoen la ciudad, donde el futuro pasa por una movilidad compartida y combinada, donde se da prioridad a los modos de transporte no motorizados. Las zonas 30, que abarcan casi todos los barrios de la ciudad y la primera fase de zonas urbanas de atmósfera protegida, en el centro, son pasos decisivos en esa dirección. Y la filosofía que inspira el nuevo urbanismo
La nueva Rambleta contempla una movilidad combinada, donde el coche pierde protagonismo y las bicicletas, los patinetes, el transporte público y el transporte flexible a demanda copan buena parte de los desplazamientos.
Además en 15 años, cuando se espera que la ejecución del plan sea una realidad, el vehículo autónomo puede circular ya por nuestras calles. En sus distintos niveles de asistencia, con o sin conductor, la tecnología nos llevará a prescindir del coche privado, recurriendo al vehículo autónomo sólo cuando necesitemos un desplazamiento determinado. Una nueva movilidad que paga por el uso.