En la Nit de l’Esportista 2018, el Handbol Terrassa se llevó uno de los premios grandes, el de mejor entidad. Lo recogió su presidente, el también jugador Ricard Guardeño, que asumió la presidencia de la entidad hace tres años y medio, en septiembre del año 2015. Guardeño cumplió ayer 33 años.
¿Qué significó para el Handbol Terrassa ser designado como la mejor entidad deportiva de Terrassa?
Una alegría enorme. En realidad, era un premio que no esperábamos. Estábamos nominados en tres categorías y esa es con la que menos contábamos.
Imagino que es un reconocimiento al trabajo bien hecho.
Así es. Pero no sólo por parte de la junta directiva que presido, sino que también es un reconocimiento al trabajo que había hecho mi antecesor en el cargo, Pedro Alagón.
¿En qué ha cambiado el Handbol Terrassa desde su llegada a la presidencia de la entidad?
Creo que hasta entonces éramos como una gran familia, un club en el que todo el mundo hacía las cosas con la mayor voluntad posible. En los últimos años hemos intentado profesionalizarnos.
¿En qué se ha notado esta circunstancia?
En varios aspectos. Hemos intentado aportar un plus de profesionalidad. Hasta ahora, por ejemplo, los niños se dividían por edades. Ahora los dividimos por niveles. Los que tienen más calidad tienen más posibilidades para progresar. Pero los otros también mejoran. Asumimos el riesgo de que muchos padres se quejaran. Pero al final han acabado entendiendo que si su hijo juega en el equipo "B" es algo también positivo para él a largo plazo.
El club cuenta actualmente con doce equipos, tres de ellos séniors, y se está realizando una gran tarea de promoción con la base.
Sí. Es el aspecto del que nos sentimos más orgullosos. La mejor forma de alcanzar la excelencia es tener una base amplia y eso es lo que estamos intentando conseguir.
En este sentido, el regreso de Xavi Font como director deportivo es algo que ayudará mucho.
Es una figura que nos faltaba en el club. Al haber podido recuperar a Xavi, alguien con una gran experiencia y que conoce bien el club, los directivos podemos liberarnos de estas cuestiones organizativas. Está hacienco un gran trabajo y estoy seguro de que se acabará notando.
Pese a ser el presidente, usted sigue jugando en el primer equipo. ¿Seguirá la próxima temporada?
No. Hasta ahora lo he podido compatibilizar bien, pero ha llegado el momento de retirarme. Esta será mi última temporada. Lo único que les he pedido a la gente del primer equipo es que me dejen entrenar.
Hablando del primer equipo, la permanencia en la Lliga Catalana está virtualmente asegurada.
Así es. Nos ha costado mucho pero a falta de cuatro partidos ya casi lo tenemos. Para el club es muy importante que nuestro primer equipo esté en esta categoría. En realidad, la permanencia era el gran objetivo deportivo de la temporada.
Les costó mucho ascender.
Muchísimo. Lo intentábamos cada año y siempre nos quedábamos a las puertas, en Primera Catalana. Ahora, nuestra idea es consolidarnos en los próximos dos o tres años y si es posible ya pensaremos en un ascenso a Primera Nacional.
¿Sería viable hoy por hoy jugar en la tercera categoría del balonmano español?
En estos momentos es algo inasumible por parte del club. En Lliga Catalana, el coste del primer equipo es de unos 15.000 euros. Ascender significaría casi doblar ese presupuesto. Pero trabajamos para que sea viable en un futuro.
¿En qué línea tienen previsto seguir trabajando a nivel social?
Necesitamos abrirnos más a la ciudad y realizar más promoción en las escuelas. Esta temporada, el Consell Esportiu nos ha brindado la posibilidad de trabajar en este sentido. Queda trabajo por hacer.
Sostiene que el primer equipo debe nutrirse de la cantera.
Nuestro reto es hacer un gran equipo con gente formada en la casa. Debemos utilizar el sentido común.
¿Optará a un segundo mandato?
Ya veremos. Hoy por hoy, mi intención sí es continuar.