Tres estudiantes universitarios de Guatemala, Teodosa Poou, Kevin Sleyter Ortiz y Gilda Mercedes Pérez, están de visita en nuestra ciudad. Son alumnos becados por la ONG egarense Oberts al Món que lleva a cabo proyectos solidarios en Centroamérica. El motivo de su estancia en Terrassa es dar a conocer la realidad de su país y las dificultades que hay para salir adelante, para estudiar y para hallar un empleo.
Los tres estudiantes estarán en la ciudad nueve días, hasta el 20 de marzo. Llegaron acompañados de la religiosa María Teresa Malagarriga, responsable de la organización en Guatemala. Los jóvenes cumplirán aquí con una agenda de actividades organizada desde la entidad con ADN local que preside Francesc Torres. El programa contiene conferencias en escuelas (Pia, Petit-Estel y Mare de Déu del Carme) para divulgar la realidad de su territorio y participar en coloquios para intercambiar puntos de vista y experiencias.
Teodosa (28 años), Gilda Mercedes (20) y Kevin Sleyter (21) tienen en común que se están formando en la universidad. La primera está llevando a cabo estudios de Pedagogía y Administración Educativa; Gilda cursa Administración de Empresas y Kevin, Ingeniería en Sistemas Informáticos.
Cuentan los tres que se sienten muy agradecidos de tener una beca de la ONG Oberts al Món porque les da la oportunidad de hacer unos estudios superiores que, sin su ayuda, sería prácticamente imposible. Teodosa, Gilda y Kevin indican que estudiar una carrera en su país tiene un precio muy elevado y que, además, la gran mayoría de las universidades son privadas. Las chicas, además, significan que el estudio de una carrera es aún más complicado si lo piden las hijas. Gilda lo cuenta de este modo: "En las aldeas pobres hay mucha desigualdad de género. Predomina aún la concepción de que el lugar de la mujer es el hogar, el cuidado de los niños y del marido. Yo soy muy afortunada porque mis padres nos ayudan a superarnos a mis dos hermanas y a mí. Colaboro trabajando durante la semana en una distribuidora de calzado y el sábado voy a la universidad para estudiar".
Teodosa se suma a la reflexión de su compañera. "Yo vivo en una aldea rural. Y en estas zonas, la mujer está desvalorizada y hay muy pocas que lleguen a la universidad. La mayoría de las chicas abandonan las aulas y forman una familia. El modelo del patriarcado está muy extendido y, por otra parte, en las aldeas, hay mucha escasez de recursos economómicos. La mayoría son agricultores. Yo misma ayudo a mi familia en la siembra y recolecta de productos del campo. En la parcela sembramos piñas y cardamono, este último el principal producto que Guatemala exporta al mundo, especialmente a los países orientales".
Pocas oportunidades para la formación y también de trabajo. Kevin Sleyter señala que la inserción laboral y lograr un empleo digno es muy complicado. "Hay muy poco trabajo. Menos de la mitad de la población en periodo activo tiene un empleo formal. Yo, en vacaciones, he trabajado de vendedor de ropa, en mercados y de cobrador de créditos…Hay mucha venta ambulante de servicios de primera mano pero mucha no declarada. Y después está la agricultura, que tiene un gran peso, pero los que siembran la tierra dedican muchas horas pero luego no se ven compensados en la venta del producto. Les pagan muy poco mientras que el artículo para comercializar se vende muy caro". El joven agrega que "esta situación genera mucha delicuencia e inseguridad".
Proyectos de futuro
A pesar de la adversidad, los tres universitarios se muestran optimistas en labrarse un futuro gracias a un buen nivel de formación y en unas áreas de estudio que permiten flexibilidad y movilidad. Los tres querrían quedarse en su país, crear empresa, aunque fuera pequeña, y dar empleo a otras personas. Pero no lo ven fácil por lo que en su hoja de ruta figura, aunque sea en la reserva, emigrar y si lo hacen, será rumbo a Estados Unidos.
Gilda cuenta que su sueño sería abrir un establecimiento de restauración, de café, en la capital y contratar a personas de las aldeas. A Teodosa le gustaría dar clases de primaria y secundaria en las aldeas rurales, mientras que Kevin Sleyter se decanta también por la formación en los centros; ayudar a los niños y adolescentes y concienciarles de la importancia de tener estudios para tener asimismo capacidad para enfrentarse al futuro.
A los tres jóvenes, que los entrevistamos tras su recepción en el Ayuntamiento, les preguntamos también sobre sus aficiones. Les úne la música. A Gilda y Kevin les gusta también la lectura. Y después hay gustos más específicos. Gilda pinta y Kevin pasea con su perro.