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La brecha de género en el empleo, marcada por el nivel educativo

A finales de 2018 la tasa de empleo de los hombres de entre 25 y 54 años era del 81,5%, doce puntos porcentuales superior a la de las mujeres (69,3%), según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) analizados por Funcas en el último Focus on Spanish Society. Esta brecha de género en términos de empleo es similar a la registrada en la zona euro desde 2015. Aunque en 2005 la brecha de género en el empleo era significativamente más alta en España (25 puntos porcentuales frente a 18 en la eurozona), mostró una evolución positiva en los años pre-crisis para reducirse desde 2009. Este descenso no respondió al aumento del empleo femenino, sino a la fuerte destrucción del masculino tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Con el comienzo de la recuperación en 2014, la brecha de género laboral volvió a aumentar como consecuencia de un mayor crecimiento del empleo masculino frente al femenino.

Las diferencias en función del nivel educativo son clave en la brecha de género en el empleo. Esta diferencia ha sido permanentemente más elevada entre las personas menos cualificadas con edades comprendidas entre los 25 a 54 años. Durante el periodo de expansión económico, la tasa de empleo de los hombres con educación secundaria o menos alcanzó en España el 85%, frente al 50% de las mujeres. La primera se desplomó hasta el 60% durante la crisis, mientras que la segunda no bajó más del 47%, estrechándose el gap. En la segunda mitad de 2018, con el 74% de los hombres y el 53% de las mujeres empleados, la brecha aún era de 21 puntos porcentuales en este colectivo.

Tasa de ocupación
Es en el grupo con un nivel educativo más alto donde la brecha de género laboral es menor. A finales de 2018, las tasas de empleo de hombres y mujeres con formación universitaria eran del 89% y el 80%, respectivamente, nueve puntos porcentuales de diferencia. En efecto, la diferencia en este segmento de la población ha permanecido por debajo de 10 puntos desde 2008, en línea con la eurozona. Los datos sugieren que la brecha de género en el empleo entre las personas con mayor nivel educativo es menos sensible al ciclo económico, pero también apuntan a la existencia de obstáculos estructurales para su mejora.

Focus también aporta evidencia estadística sobre la recuperación de los niveles de empleo previos a la crisis. De acuerdo con la información presentada, las mujeres en todos los grupos de edad ya han recuperado esos niveles de empleo; en cambio, entre los hombres -que sufrieron una mayor caída del empleo durante la crisis-, solo los universitarios lo han logrado.

Condiciones sanitarias
Focus on Spanish Society también analiza datos relativos a las condiciones sanitarias de los niños en Europa. Según datos recientemente publicados por Eurostat, el 96% de los niños menores de 16 años en los 28 países de la Unión Europea tenía buena o muy buena salud en 2017, un 3% tenía una salud delicada y menos del 1% la tenía mala o muy mala.

Las cifras sitúan a España en una buena posición: el 98% de los niños tenía buena o muy buena salud, menos del 1% sufría limitaciones severas relacionadas con problemas de salud, mientras que el 2% afrontaba limitaciones moderadas. España también queda en buen lugar en relación a la cobertura de necesidades de examen o tratamiento médico. Solo el 0,3% de los niños tenía una experiencia insatisfactoria en este aspecto frente a la media de la UE-28, del 1,8%.

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