Opinió

Otro debate

Hace pocos días hacíamos referencia en este mismo espacio a la petición de las madres y padres de la escuela Sala i Badrinas, que reivindicaban una vez más la necesidad de que el centro contase con el edificio que lleva ya ocho años esperando. Reivindicación a la que unían la solicitud de que el centro se convirtiese en un instituto-escuela; esto es, que los alumnos del centro no se vean obligados a matricularse en otro instituto de la ciudad cuando acaben de cursar sus estudios de primaria, sino que la escuela adquiera también el rango de instituto y puedan seguir en su seno hasta que acaben los estudios de enseñanza secundaria.

El debate es absolutamente pertinente. De hecho, Esquerra Republicana, a cargo del Departament de Educació de la Generalitat, lo defiende como modelo desde hace tiempo y Terrassa no es ajena a él al disponer ya de una experiencia con el Pere Viver y otra que es un híbrido puesto que en el mismo espacio físico de la escuela Marquès Casals se ha constituido un instituto, el Jaume Cabré.

El apoyo de los partidos políticos parece unánime y se llevarán a cabo acciones concretas ante la Generalitat pera que el Sala i Badrinas consiga su objetivo. Como ya dijimos en su momento, no es objeto de este periódico cuestionar o no la idoneidad de convertir el Sala i Badrinas en un instituto-escuela, es más entendemos que es una fórmula de gran potencial que permite consolidar propuestas docentes y vincular con a la comunidad educativa a proyectos de largo recorrido que serían muy positivos, sin duda. Lo que sí cuestionamos es que la solución a los graves problemas que sufre Terrassa en materia educativa pase por decisiones puntuales que solucionen cuestiones particulares sin que se establezca un debate global sobre el modelo educativo de la ciudad.

No podemos olvidar que Terrassa fue señalada por la Sindicatura de Greujes catalana como la ciudad con un mayor problema de segregación en Catalunya. Finalmente se llevó a cabo el estudio al respecto y se adquirió el compromiso de buscar solución a ese problema. Habrá que ver si la constitucion de institutos-escuela encaja con esa solución y en caso afirmativo si no se debe realizar un estudio global del mapa escolar de la ciudad para planificar la creación de institutos-escuela de forma racional, ya que lo que puede ser bueno para unos puedo no serlo tanto para otros. Y, por otra parte, cómo encajan los institutos-escuela en el modelo educativo catalán de convivencia entre la escuela pública y la concertada, un modelo que condiciona muchas decisiones y que ha sido promovido históricamente desde la propia administración.

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