El ex presidente del FC Barcelona Sandro Rosell se sienta hoy en el banquillo de la Audiencia Nacional junto a su mujer, la terrassense M. P., y otras cuatro personas, acusado de blanquear 20 millones de euros de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), de los que se cree que se quedó con al menos 6,5.
El fiscal pide que Rosell, en prisión desde mayo de 2017, sea condenado a 11 años de cárcel por blanqueo y pertenencia a organización criminal y al pago de una multa de 59 millones de euros.
Su mujer, M. P., de origen terrassense, se enfrenta a 7 años de cárcel; el abogado andorrano Joan Besolí, a 10 años; el ciudadano libanés amigo de Rosell Shahe Ohanneissian, a 7 años; y otros dos presuntos testaferros, Pedro Andrés Ramos y Josep Colomer, a 8 y 6 años de prisión, respectivamente.
Todos están acusados de formar parte de una organización criminal que ocultó casi 20 millones de euros de mordidas obtenidas por el que fuera presidente de la CBF entre 1989 y 2012, Ricardo Teixeira: 14,97 millones en comisiones ilegales por los derechos de retransmisión de 24 amistosos de la selección brasileña y 5 millones de un contrato de patrocinio con la marca Nike.
Los acusados, dice el fiscal, “al menos desde el año 2006, formaron una estructura estable, reforzada por vínculos de amistad y parentesco, dedicada al lavado de capitales a gran escala” y que estaba dirigida por Rosell.
Teixeira -que está siendo investigado en Brasil por estos hechos, así como en Estados Unidos por cobrar sobornos de la CBF y también en Andorra y en Suiza- se quedó ese dinero “con claro abuso de su posición y en perjuicio de los intereses cuya gestión tenía y tiene encomendada la Confederación”
Rosell tiene pendiente otro juicio en la Audiencia Nacional por una presunta estafa en el fichaje de Neymar al Fondo DIS, que tenía el 40 por ciento de los derechos federativos del jugador, causa en la que también está acusado el actual presidente del Barcelona, Josep Bartomeu.