Pinchar la luz puede suponer "un grave riesgo para la seguridad y la salud de las personas, tanto para el propio defraudador como para los que lo rodean, y a la vez pone en riesgo también la seguridad de las instalaciones y de los bienes inmuebles", advierte Endesa, que subraya la sucesión de incendios ocasionados por esas manipulaciones. Y las sobrecargas imprevistas, "con la consiguiente desconexión de fusibles en centros de transformación, hecho que se traduce en cortes de luz y un deterioro de la calidad del servicio".
En el 2017, Terrassa lideró la lista de poblaciones del Vallès Occidental con más casos de fraude eléctrico, pero en el 2018 pasó a ser segunda después de Sabadell. El año pasado, en nuestra ciudad se detectaron 667 casos de fraude, por 815 en Sabadell y 432 en Rubí. A estas tres primeras localidades les siguieron Vacarisses (245), Montcada i Reixac (206), Sant Cugat del Vallès (184), Cerdanyola (167), Ripollet (98), Castellar (97) y Castellbisbal (94). Terrassa prácticamente redujo a la mitad en el 2018 la cifra de fraudes detectada en el 2017: entonces la compañía eléctrica advirtió 1.318 (Sabadell, 1.100).
Grandes consumidores
Endesa rompe una lanza a favor del grueso de clientes particulares recordando que la mayoría de defraudaciones en España la cometen grandes consumidores, "tanto empresas de sectores industriales y de servicios como negocios y/o domilios particulares con consumos elevados".
En el 2018 se supo en Catalunya de 26.400 casos de fraude, equivalentes a 289 millones de kilovatios defraudados. Son los llamados en el argot "kilovatios fantasma".
