El pasado 1 de febrero entró en vigor el nuevo acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Japón (Economic Partnership Agreement – EPA) con el objetivo de abrir los mercados y armonizar las relaciones comerciales entre las dos regiones, creando una zona de libre comercio que supondrá casi un tercio del Producto Interior Bruto (PIB) mundial. De este modo, Japón se ha convertido en un foco de atención y de oportunidades de crecimiento.
Marta Torrents, secretaria general de la Cambra de Comerç i Indústria de Terrassa y abogada especializada en comercio internacional, recomienda a las empresas realizar un "seguimiento activo de las novedades de la EPA para que se puedan acoger a los beneficios derivados de este tratado; especialmente en cuanto a la adaptación al sistema REX (registro de exportadores), una oportunidad de ahorro de aranceles y derechos asociados ganando competitividad y eficiencia en los recursos de la empresa". Conjuntamente con el equipo de asesoramiento jurídico internacional de la institución, la cámara local da apoyo a las empresas para implementar las novedades del tratado con las máximas garantías. Alcanzar este acuerdo era un objetivo esencial de la política comercial de la Unión Europea, que consideraba la entrada en vigor de este convenio como una prioridad estratégica y el fortalecimiento de la presencia de la UE en la región de Asia Pacífico crucial para los intereses económicos europeos. Asimismo, también es un elemento de crecimiento y estabilidad para la actual situación global, ya que por medio de este pacto las dos economías proyectan una clara señal de rechazo al proteccionismo, y transmiten un mensaje de cooperación económica y comercial. Los elementos clave de este acuerdo de asociación económica radican, por un lado, en la reducción de la mayoría de los aranceles existentes entre ambas regiones, y por otro lado, minimizará los obstáculos técnicos y reglamentarios. Reforzará la cooperación en ámbitos como el desarrollo sostenible, la innovación, además de incluir un compromiso específico relativo al Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.
Química y textiles
En relación a la reducción de los derechos aduaneros, ambas partes han acordado eliminar por completo los aranceles de productos tales como los químicos, plásticos, cosméticos, textiles y prendas de vestir. Con la aplicación del acuerdo, se han eliminado el 86% de los aranceles, y se prevé que con la aplicación total del acuerdo, los aranceles se reduzcan hasta un 97%. Este aspecto cobra especial relevancia en el sector de la automoción, donde se prevé la abolición de las tasas aplicables en el transcurso de los próximos siete años. Este hecho permitirá a las empresas de la Unión Europea (UE) ahorrar hasta 1.000 millones de euros anuales en derechos de aduana en comparación con lo que se estaba pagando a las exportaciones con destino a Japón antes de la aplicación del acuerdo.