Lo han denominado OAT, siglas del Observatorio del Agua de Terrassa. Es un órgano llamado a fiscalizar el flamante modelo público del suministro de agua en Terrassa, a controlar a Taigua, la empresa municipal que ha sustituido a Mina en la gestión de ese bien. El OAT, integrado por entidades, partidos y el gobierno local, autónomo pero "adscrito" al Ayuntamiento, se constituyó oficialmente ayer, con su primera reunión ordinaria. La celebró en la Masia Freixa y su presidente interino, el teniente de alcalde Marc Armengol, calificó la fecha de "histórica". Una más.
Entre las funciones de ese órgano están la presentación de propuestas para el funcionamiento de la empresa, la elaboración de estudios e informes, la información y la formación a los ciudadanos "y el control público en la rendición de cuentas". Tendrá carácter "consultivo, asesor, deliberativo y propositivo". Sus decisiones no serán vinculantes, pero "tendrá capacidad de adoptar acuerdos que deberán ser considerados por el gobierno".
Armengol, teniente de alcalde de Territorio y Sostenibilidad, ejercerá de presidente en funciones hasta que el observatorio lleve a cabo el nombramiento del presidente definitivo. En calidad de interino, el concejal consideró el de ayer "un día histórico" que se suma a otros de igual calibre, como el del 10 de diciembre pasado, cuando se materializó el traspaso de la gestión privada de Mina a la gestión directa del Ayuntamiento por parte de la empresa creada a tal efecto, Taigua. El proceso, que en cierta medida se cerró ayer desde el punto de vista administrativo y político, ha sido farragoso y aún quedan flecos judiciales por concluir en el litigio con Mina.
Años intensos
Armengol se refirió a esos escollos en un procedimiento "que no fue fácil", pero no hurgó más en el espinoso asunto de los pleitos. Incluso apuntó que el gobierno esperaba "alguna dificultad más". El OAT, añadió, es "un experimento" que abre la puerta a una mayor participación ciudadana en la gobernanza de Terrassa. En concreto, en la gobernanza "de un bien común". Con el observatorio, que tendrá como secretaria a Olga Buixera, se clausura el círculo "después de cuatro años intensos", en palabras del teniente de alcalde.
Los representantes de entidades se presentaron ayer uno por uno en la Masia Freixa ante el resto. Había integrantes de partidos y de asociaciones, de la plantilla de Taigua y de gremios, con una notable representación del sector educativo. El observatorio dispondrá de recursos propios, seguramente mejorables en un primer momento, y un plan de trabajo autónomo. Su plenario decidirá el orden del día de sus reuniones.
El objetivo final es "articular la participación ciudadana" en la definición de las decisiones de Taigua, la entidad pública empresarial local (EPEL) que ha tomado el relevo de Mina en un pedregoso proceso que ha culminado con la gestión directa del servicio por parte de la administración municipal. Terrassa, según destacó ayer el Consistorio, se ha convertido en uno de los municipios más grandes de España en asumir ese modelo público del suministro de agua. Eso, agregó el Ayuntamiento, es garantía "de un servicio público, eficiente, de calidad, transparente, participativo, equitativo y social.
LOS DATOS
Presidente. Marc Armengol, teniente de alcalde de Territorio y Sostenibilidad de Terrassa, ejerce de presidente interino
Secretaria. Olga Buixera es la secretaria del observatorio en virtud de un decreto
Miembros. El plenario lo componen unos cuarenta miembros: representantes de partidos, gobierno, sindicatos, plataformas, asociaciones de vecinos y de consumidores, entidades empresariales, centros educativos y personal de Taigua