Terrassa

Los caballos toman la calle por un día en la Festa dels Tres Tombs

Fiesta popular en la calle y buen tiempo. La propuesta era demasiado tentadora y más si había la oportunidad de ver vehículos de tracción animal y no motora. El domingo se celebró la Festa dels Tres Tombs de la entidad Amics de Sant Antoni Abat y fue un éxito de asistencia.

A eso de las doce del mediodía, la avenida de Josep Tarradellas y la Rambla d’Ègara estaban ya repletas de personas, especialmente de familias con niños que no querían perderse el desfile que reproduce cómo se realizaba el transporte de mercancías, fundamentalmente el de productos alimentarios pero también el ganadero.

Cambio de paisaje
El desfile no se hizo esperar mucho. Los agentes de la Policía Municipal cortaron totalmente el tráfico de vehículos de motor en la zona prevista. Fue la señal inequívoca de que empezaba la fiesta y que, a partir de entonces, los caballos solos o tirando de carros y carruajes iban ser los protagonistas de la gran arteria de la ciudad en una mañana soleada, primaveral. A lo lejos escuchamos el sonido musical de la Banda de Sants, acompañada de sus majorettes, por lo que la llegada de los equinos era inminente. La gente deshizo los corros donde conversaba con familiares y amigos y ocupó la primera línea para no perder detalle. Tras la formación formación musical y de baile, la abanderada Laura Vázquez y el banderín portado por Martina Calaf, y el carro con el santo patrón custodiado esta vez por una pareja de los Mossos d’Esquadra con traje de época, con motivo de la celebración de los trescientos años del servicio del cuerpo.

Singular y dulce
Detrás, grupos de jinetes y amazonas, de clubs de hípica, altivos y elegantes, y carros agrícolas y de otras mercancías mezclados con algún carruaje de paseo. Y cerrando, la carreta centenaria de las cervezas Damm, que hacía tiempo que no participaba en la actividad. El desfile, además de singular y vistoso, fue dulce. En esta ocasión, los participantes de Amics de Sant Antoni repartieron un buen número de caramelos que abrieron el apetito goloso de los más pequeños y adultos, los cuales se agolpaban y se inclinaban hacia el suelo para recogerlos. También hubo algún jinete y "traginer" que, parados, complacieron el deseo de algun niño y adolescente que pidió acercarse y acariciar el caballo. También centraron la atención los pequeños "ponies". Y es que, ahora, esta fiesta es la única que permite disfrutar de un pasacalles de tracción animal de cerca porque la cabalgata de Reyes prácticamente ha suprimido la presencia de equinos tras la muerte de uno de ellos el 5 de enero de 2018. La comitiva dels Tres Tombs, como es habitual, partió de Can Boada y discurrió por la avenida de Josep Tarradellas y Rambla d’Ègara. Llegados al final de la Rambla, los caballos volvieron a subir hasta el Centre Cultural para luego bajar de nuevo hasta el Portal de Sant Roc. Dieron dos "tombs", dos vueltas, de modo que en algún tramo quedó invadido por los animales a ambos lados de la Rambla. Originariamente eran tres las vueltas pero la organización suprimió una para da más agilidad. El desfile, que evocó imágenes de antaño, quedó inmortalizado en centenares de cámaras de móviles. Fue el acto central y popular del fin de semana de la fiesta de la entidad de Sant Antoni Abat, que preside Joaquim Riera. Los socios participaron el sábado en una celebración religiosa en la catedral del Sant Esperit y el domingo, tras el desfile, compartieron una comida de hermandad. También se ha publicado un nuevo número de la revista dedicada al sector del caballo.

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