Opinió

Relato

Josep Rull desvela hoy en las páginas de Diari de Terrassa cómo será su declaración, que podría empezar hoy o en cualquier caso, mañana. Inicialmente, Rull opta por una estrategia similar a la utilizada por Joaquim Forn. Contestará a su defensa, a la abogacía del Estado y a la Fiscalía, pero no responderá a ninguna de las preguntas que pueda realizar el abogado de Vox, que ejerce la acusación popular. La figura de la acusación popular en este tipo de procedimientos está siendo controvertida puesto que su función, la de preservar el cumplimiento de la ley, como siempre, la lleva a cabo la Fiscalía, pero en este caso, además, se convierte en un auténtico escaparate que los acusados del procés no quieren ayudar a promover.

Existe cierto debate sobre el modo de afrontar el juicio por parte de los acusados y si sus declaraciones llegarán en algún momento a se contradictorias. En ese sentido, se espera con especial interés la que pueda realizar Santi Vila, conseller dimisionario, antes de la DUI. En cualquier caso se trata de opciones muy meditadas con sus abogados, que por lo visto hasta ahora no pierden de vista en ningún momento el Tribunal de Estrasburgo.

Josep Rull optará por un híbrido entre una defensa política y la que los juristas denominan como técnica, es decir, enfocada a desmontar las imputaciones descritas por las acusaciones en sus conclusiones provisionales de forma precisa y concreta. El ex conseller terrassense estará, por tanto, entre Jonqueras y Forn, intentará contradecir punto por punto las acusaciones de que es objeto, pero no abandonará el discurso político y reivindicativo del que siempre ha hecho gala. La declaración de Rull será interesante por su habilidad dialéctica y la precisión quirúrgica de sus argumentaciones.

El juicio se reanuda hoy, será la primera sesión que se celebra tras la convocatoria de las elecciones generales, realizada por el presidente Sánchez el pasado viernes. No se puede entender la actual coyuntura política española sin pensar en cómo está mediatizada por Catalunya, por lo que es evidente que el discurso sobre el procés va a condicionar enormemente una campaña electoral que se presenta larga e intensa. Los partidos ya han puesto en marcha sus maquinarias y no parece que vaya a haber intención de hacer prisioneros. La cuestión está en si la campaña va a condicionar de alguna manera el desarrollo del juicio.

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