Sergio Alegre se acaba de proclamar campeón de la Copa de Asia con la selección de Qatar donde ocupa la función de segundo entrenador. El conjunto qatarí ganó la final a Japón por 3 a 1, culminando un extraordinario torneo en el que ganó todos sus partidos y sólo encajó un gol. El éxito obtenido en esta competición disputada en Emiratos Árabes es un buen augurio con vistas al Mundial 2022.
¿Cómo está siendo en Qatar la resaca por el título?
Se trata de algo muy importante y todos estamos asimilando este éxito. No ha sido un milagro, ni mucho menos, porque íbamos con la intención y la certeza de que íbamos a hacer un buen campeonato aunque al final hemos superado las expectativas. Situar a Qatar en el mapa del fútbol internacional es muy importante.
¿Qué sensaciones le quedan de todo lo vivido?
Entiendo que se ha hecho muy buen trabajo a nivel colectivo, tanto por lo que hace referencia a los jugadores como desde el staff. Hemos vivido una gran experiencia a nivel humano, nos hemos adaptado a muchas circunstancias, deportivas y no deportivas que sabíamos que se iban a producir por la situación política del país. No podemos estar más satisfechos con unos jugadores que han competido contra rivales que hace muy poco eran inalcanzables para nosotros. No hemos tenido un camino sencillo en el torneo y el rendimiento ha sido óptimo.
Pocos creían en ustedes como aspirantes al título. Excepto ustedes mismos.
Yo personalmente tenía la sensación de que se iba a lograr algo importante. Desde el mes de octubre ya le iba diciendo a Félix Sánchez, el seleccionador, que íbamos a hacer algo muy gordo. En noviembre fuimos a Europa a jugar, y le ganamos a Suiza y empatamos con Islandia. A partir de ahí, la gente empezó a creer que podíamos ser protagonistas.
Además de la dificultad deportiva del campeonato, tenían un escenario externo hostil debido al bloqueo que sufre Qatar por parte de distintos países de la zona. ¿Cómo lo han gestionado?
Sabíamos a lo que nos enfrentábamos. En primer lugar debo decir que la organización del torneo por parte de Emiratos Árabes ha sido espectacular y no nos hemos encontrado con ningún problema en ese sentido. Hablamos con los jugadores sobre esa situación en dos partidos concretos: contra Arabia Saudí, en el último partido del grupo de la primera fase donde nos jugábamos el primer puesto y era necesario estar sólo pendiente del terreno de juego; y en la semifinal con Emiratos Árabes que era el equipo local. En ese partido más de 43.000 personas llenaron el estadio, sin ningún aficionado qatarí que pudiese asistir por el bloqueo impuesto. Desde el minuto 0 el ambiente fue muy hostil. Nos pitaron el himno de forma que ni se escuchó y durante el partido nos tiraron de todo. Nos tiraban zapatos, que dentro de la cultura árabe es un gran desprecio. En los días previos tuvimos que mentalizar mucho a los jugadores para que no se dejasen llevar por esas provocaciones. Sabíamos que si nos centrábamos sólo en el partido éramos mejores. Y así lo hicieron. Fue una situación difícil.
Usted tenía buenas sensaciones, pero es que el torneo de Qatar ha sido excepcional. Llegaron a la final sin haber recibido ningún gol.
Los números han sido espectaculares. Piense que Qatar sólo había ganado seis partidos en toda su historia en la Copa de Asia. Y en esta edición ganamos los siete, sólo recibimos un gol y fue en la final contra Japón y hemos marcado 19. Hemos sido el equipo más goleador y el menos goleado. Alguien podría pensar que ha sido un trayecto fácil, pero puedo asegurar que ha sido todo lo contrario, con partidos muy igualados y muy reñidos. También hemos tenido esa porción de suerte en momentos puntuales que es fundamental en este tipo de torneos. No hemos cometido errores defensivos, arriba tenemos jugadores decisivos y la dinámica positiva en la que estuvimos acabó siendo determinante.
¿Qué país se han encontrado al regreso?
El día que llegamos hicimos una rúa por el centro de la capital. Pensábamos que habría poca participación porque no hay una gran pasión por el fútbol, pero muchísima gente salió a la calle. Esto ha sido muy importante para el país. La Familia Real ve reafirmada la apuesta por el fútbol que hicieron en su día y refuerza mucho la idea de su Mundial. La gente está volcada con su selección, el país está patas arriba en ese sentido.
¿Este es el nacimiento de una selección con buen recorrido internacional?
Ahora nuestro próximo compromiso es la Copa América en junio. Y va a ser una gran prueba para reafirmar nuestro trabajo. El grupo va a ser el mismo y por abajo llegan chicos jóvenes con mucho talento, espero que bajo la tutela de Félix Sánchez que ha hecho un trabajo enorme durante doce años y se merece seguir como seleccionador en el equipo nacional. Hay talento y capacidad de trabajo en este equipo. Todo eso es básico en el fútbol asiático.
Qatar ha invertido una cantidad de dinero espectacular para fomentar el fútbol en el país. Pero también se ha hecho eso en otros países sin los mismos resultados.
Por mucho dinero que inviertas, hay mil proyectos que no cuajan. Aquí no hay sólo dinero, hay también mucho trabajo, una línea muy clara de actuación y una filosofía de juego adaptada a los jugadores que tenemos. Después de que hace 14 años se puso en marcha la Academia Aspire se ha conseguido algo muy importante.
Todos los ojos están atentos al Mundial de 2022. ¿Tiene Qatar potencial para hacer un buen papel en el Mundial que se hará en su país?
Ahora hay que reafirmar lo que se ha hecho, que no se quede en algo puntual. La base para el Mundial es este equipo en su ochenta por ciento y si hay paciencia y se designa a la persona adecuada, hay opciones de hacer un buen papel. Aunque sin perder de vista la posición de Qatar. En el ránking FIFA hemos ascendido esta semana del 94 al 55, que es la mejor clasificación de la historia. Hay argumentos para ser optimistas, pero sin perder de vista quienes somos.
¿Con Félix Sánchez como seleccionador en el Mundial?
Tras la Copa América acabamos contrato. No tengo noticia de que nadie haya hablado al respecto. No sé qué pasará, aunque entiendo que habrá una oferta de renovación.
Estar en un Mundial debe ser para usted el sueño de una vida.
Formar parte de un equipo técnico en el que te sientes valorado y jugar un Mundial tiene que ser una culminación, algo espectacular. Si lo de la Copa de Asia ha sido bárbaro, imagínese un Mundial y como anfitriones. Pero esto del fútbol ya sabemos cómo va y hablar a tres años vista es una eternidad. Es mejor no hacer planes.
¿Le gustaría seguir un camino largo en Qatar?
Por supuesto, me siento muy a gusto a todos los niveles. Veo y noto que aporto en el cuerpo técnico, que se tiene en cuenta mi criterio. La familia se ha adaptado bien a la vida aquí y no me importaría estar unos años.
¿Qué papel juega en esta selección Xavi Hernández?
Él viene a algunos entrenos, está en contacto con nosotros, aquí es una persona muy valorada y muy importante. Está de forma indirecta relacionado con este trabajo. Y se agradece porque una persona como él siempre aporta cosas. En Qatar es una figura muy importante.
Igual le pongo en un compromiso, pero se ha hablado de Xavi como posible seleccionador de Qatar en el Mundial de 2022. ¿Cómo lo vería?
Pues no lo sé. Y ahora menos todavía, porque Félix Sánchez ha llevado a la selección al título asiático y eso hay que tenerlo en cuenta. Primero Xavi tiene que colgar las botas, después decir si quiere ser entrenador y después si le hace ilusión llevar la selección. Todo eso, ahora mismo y sin que se hayan dado esas condiciones, es hablar por hablar.
¿Me da la receta del éxito?
No existe una única razón. Primero, la dirección de Félix Sánchez, que conoce a estos jugadores desde hace doce años; segundo un trabajo a nivel de implicación de los jugadores magníifico, no solo en los partidos sino entre partidos donde creo que hemos sumado algunas victorias. Y el staff técnico ha hecho un gran trabajo, cada uno en su parcela. Hemos cuidado cada detalles, lo sabíamos todo del rival o cómo llegábamos nosotros a nivel físico a cada partido. Conocer todo eso al detalle ha ayudado mucho.