Iba en dirección contraria a la de la marcha por la calle de Arquimedes, según explicó el viernes por la tarde un testigo a la Policía Municipal. El infractor fue detenido poco después: se negó a soplar en la prueba de alcoholemia.
La Policía Municipal recibió la llamada del testigo a las siete de la tarde y una unidad policial se dirigió a la calle de Arquimedes para intentar dar con aquel vehículo que, según el testimonio, circulaba en dirección prohibida por aquella vía. Unos agentes localizaron el coche en la plaza de Josep Freixa i Argemí. El conductor trató de estacionar el vehículo al ver a los guardias. Pero los guardias también lo habían visto a él. Y vieron, muy pronto, que mostraba síntomas de ebriedad. Le hicieron soplar.
El infractor realizó la prueba de alcoholemia primera, la de orientación, y el resultado fue de 0,83 miligramos. Debía efectuar los tests de precisión y para ello los policías lo trasladaron a la Jefatura.
Diligencias
Una vez en dependencias policiales, el implicado se negó a realizar las pruebas correctamente, asegura la policía. Y quedó detenido. Le abrieron diligencias penales por conducir bajo los efectos del alcohol y por la negativa a soplar.
Otra imputación por un delito contra la seguridad del tráfico recayó el domingo, a las cinco de la madrugada, en una mujer que hizo caso omiso a los requerimientos de unos agentes para que detuviese su marcha. La vieron circulando con un ciclomotor de manera errática por la carretera de Martorell. La pararon en Can Trias. Notaron signos de embriaguez en la motorista y la conminaron a soplar. Los resultados: 0,84 y 0,78 miligramos.