En el número 65 de la calle Tibidabo, en el barrio de Les Arenes, un vecino ha decidido alzar la voz para reivindicar que las compañías eléctricas y de telefonía carguen con los costes íntegros de su infraestructura y no inunden las fachadas de cableado. Cansado de pagar canaletas para ocultar el tendido eléctrico o telefónico y ver como "casi revientan porque no paran de incorporar nuevos cables", Antonio Sánchez pide que las operadoras "o bien soterren las líneas o bien carguen con el coste de las canaletas. Ya nos sangran bastante con las tarifas como para que ahora tengamos que pagarles la infraestructura".
Sánchez ha "estallado" al hacer números de lo que le cuesta ocultar por enésima vez los cables de su fachada. "El volumen actual ha saturado la canaleta anterior y han seguido instalando más -explica-. Para que no se vean tengo que colocar cuatro canaletas grandes nuevas en una fachada de siete metros y eso me cuesta la friolera de 120 euros".
Antonio no ve lógico tener que hacer una vez más ese desembolso para mantener la estética de su fachada "cuando los costes deberían correr a cargo de las compañías. Más cuando llevamos haciendo gestos de generosidad desde la década de los años 80", explica .
El vecino relata que su padre fue el primero en acceder a que los cables pasaran por su fachada cuando décadas atrás se suprimieron los postes de madera que invadían las aceras. "Fue por estética de la ciudad y sobretodo por necesidades de accesibilidad, Mi padre dijo: ‘por las personas discapacitadas lo que haga falta’. Y pagó las canaletas, aunque ya en ese momento deberían haber soterrado el cableado".
Desde entonces, la "invasión" de cables no ha cesado, explica Antonio Sánchez. La familia ha ido adaptando las canaletas a la llegada de nuevas instalaciones y cajas de conexión, pero "ahora el nuevo cableado ya no cabe y lo instalan por fuera. Además, los de la fibra óptica han colocado una caja en la fachada de la vecina y otra en la mía".
A Antonio le preocupa especialmente la última maniobra de las compañías eléctricas. "Han clavado los cables a la base del balcón, donde meten brocas que pueden reventar el cemento y poner en riesgo la estructura".
Ley proteccionista
La Ley General de Telecomunicaciones (LGT) de 2014 regula el despliegue y faculta a los operadores a instalar en fachada cuando no exista alternativa viable. Algunos Ayuntamientos han puesto límites a la ocupación de fachadas por parte de las operadoras, pero la ley ampara a las compañías.
La familia Sánchez admite que "necesitamos el servicio y entendemos que las compañías tienen que distribuir la red, pero de ahí a que paguemos su infraestructura para no ensucien nuestras fachadas…".
Y luego están los desperfectos. Antonio construyó junto a su padre ya fallecido la casa de la calle Tibidabo. Ambos decidieron que la fachada fuera de baldosas de piedra volcánica, un material que se quiebra con el impacto. "Nosotros siempre hemos mimado la fachada, usado brocas pequeñitas para que no salte ninguna baldosa, pero las compañías no tienen miramientos". Si se rompen , advierte, habrá que cambiarlas y la fachada quedará parcheada porque tantos años después será difícil encontrar piezas iguales.
La familia Sánchez pide que "no sigamos poniéndoles alfombras rojas a las compañías" y busquemos la manera de "dejar de ser sus títeres".