El presidente de Banc Sabadell, Josep Oliu, sostiene que las perspectivas para 2019 en España son de "moderación del crecimiento", que fijó entre el 2,2% y el 2,3% a finales de año, y en cualquier caso, por encima del resto de países de la Unión Europea (UE), y que el paro continuará "progresivamente" reduciéndose, igual que ha hecho en los últimos años. "Hemos pasado de un 21% de paro a un 14,6%, que no es para tirar cohetes, pero se va creando empleo poco a poco". En la ya tradicional conferencia de inicio de año en la Cambra de Comerç de Sabadell, en la que estuvo acompañado por Antoni Maria Brunet, presidente de la entidad, añadió que el crecimiento español será posible principalmente por el consumo privado, ya que la "situación financiera de los hogares ha mejorado mucho", y también por el dinamismo del crédito bancario. "El acceso a la financiación ya no preocupa a la pyme; lo que cuesta es encontrar clientes debido a la competencia y la poca disponibilidad de mano de obra cualificada". Por tanto, las perspectivas siguen siendo de creciendo del PIB en España siempre y cuando algunas de las incertidumbres internacionales, que realmente "asustan", como pueden ser la consecuencias del Brexit, el efecto Trump, la ciberseguridad o las condiciones geopolíticas, no "hagan girar la tortilla".
La deuda pública preocupa
A nivel español, también preocupa la deuda pública que, aunque ha bajado hasta el 98% del PIB, si ahora "nos cogiera una nueva crisis, no sé dónde iríamos a parar", así como la necesidad de abordar problemas estructurales en el mercado de trabajo y el sistema de pensiones . Oliu estima que los tipos de interés empezarán a repuntar en el primer trimestre de 2020, después de nueve años estancados. "Esperamos una subida en el primer trimestre y una segunda en el segundo trimestre de 2020 en Europa; en EEUU puede haber dos o tres, sin embargo, las posibilidades de estas últimas se han debilitado porque la perspectiva de crecimiento de EEUU empieza a aflojar. Habrá una subida de tipos pero será un alza más débil que la que el propio mercado está anticipando".
No habrá otra burbuja
Oliu también descartó tajantemente que España viva una burbuja inmobiliaria, ya que el sector se encuentra en un período expansivo y aún hay déficit de oferta de obra nueva en ciudades como Barcelona, Madrid y alrededores. "No hay ningún peligro", sentenció, entre otras cuestiones porque los mismos bancos mantienen actualmente "políticas más conservadoras en la concesión de préstamos a promotores y esto también evita el riesgo". Oliu sostiene que este mercado está creciendo con una "tendencia equilibrada". En este contexto, existe una "perspectiva de aumento moderado de precios" en la vivienda nueva, y también en el alquiler. Por otro lado, sostuvo que los activos bursátiles recuperarán parte del terreno perdido el año pasado porque actualmente están "infravalorados".
A nivel financiero, se quejó de la inseguridad jurídica vivida en 2018, como en el caso del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados, así como las amenazas de nuevos impuestos de la banca, ya que "pagamos muchísimos". También incidió en que el BCE prevé para 2020 cerrar el grifo de la liquidez, de la que ahora se nutren los bancos, y espera que se establezcan mecanismos alternativos. "Habrá que suplir esa liquidez por dinero captado en el mercado. Si no se crea un instrumento alternativo, se producirá un retraimiento de la financiación bancaria". Respecto a Catalunya, el presidente de Banc Sabadell afirmó que el dinamismo económico de la comunidad es menor del que podría ser debido a la incertidumbre política y a la "situación anómala" que vive desde hace tiempo. En este sentido indicó que, cuando se organizó el referéndum ilegal de independencia, se abrió un "período crítico de incertidumbre institucional", y que desde entonces la comunidad sigue instalada en la "anomalía", aunque "se ha normalizado la vida económica".
En expansión
En su opinión, la economía catalana es próspera y está en expansión, aunque su potencial de crecimiento sería aún mayor si la situación política fuera otra. "Lo cierto es que estamos viviendo una situación económica buena", dijo Oliu, pero el dinamismo de la economía catalana "es menor que el que se querría por el potencial que tiene debido a estas incertidumbres". El ejecutivo remarcó que "el conflicto siempre genera menos dinamismo", aunque reconoció que el sustrato económico en Catalunya "es positivo" y "eso hace que no nos quejemos o que no nos quejemos mucho". Oliu, por otro lado, se mostró crítico con el incremento de la fiscalidad que prevén los Presupuestos Generales del Estado que ha diseñado el Gobierno de Pedro Sánchez. "Esto es problemático", indicó el banquero, ya que "debilita la progresividad de la economía". En su opinión, para hacer frente al gasto social en España, más que subir impuestos se deberían acometer algunas reformas estructurales, como la adecuación del mercado de trabajo, de las pensiones o la reducción del déficit público, para lo que es necesario un mayor consenso social. "Si esto no se hace, evidentemente la única manera que tenemos es aumentar impuestos, cosa que limita el dinamismo de la economía", remarcó. Precisamente sobre las pensiones, aconsejó abordar la negociación "fuera de presiones políticas y sociales".
Josep Oliu también habló de los retos a los que se enfrenta el sector financiero, destacando la revolución digital que genera un nuevo entorno de comunicación y de contacto con el cliente y también un nuevo entorno por la aparición de nuevos competidores así como los retos de la ciberseguridad.