¿Como afrontan esta nueva etapa en Terrassa?
Llegamos en octubre a la ciudad, aunque oficialmente es ahora cuando iniciamos la actividad. Estamos muy ilusionados, porque gestionar las pistas del Squash 4 y disponer de una instalación propia como el Marconi nos abre un abanico de posibilidades muy importante. Hasta ahora era imposible y muchos proyectos no los podíamos llevar a cabo.
¿Qué actividad desarrollarán en Terrassa?
Fundamentalmente dispondremos de centros de tecnificación con los jugadores que ya están en el circuito profesional y que podrán entrenar aquí. Y nuestra gran apuesta es darnos a conocer a los centros escolares para captar a gente joven, que son el futuro de nuestro deporte. El squash es ahora muy televisivo. Que vengan a las pistas y practiquen nuestro deporte nos permitirá dar un salto cualitativo.
¿Esa es una de las pretensiones más ambiciosa?
Sin duda. Porque hasta ahora dependíamos de instalaciones que no gestionábamos y eso frenaba muchos proyectos, como disponer de una escuela o de centros de tecnificación. Eso ahora está resuelto y se trata de planificar la actividad. Ya lo intentamos hace unos años en El Prat , pero el proyecto no fructificó. Y eso nos dejó un sentimiento de frustración.
Tanto el alcalde como usted han hablado de la posibilidad de organizar un torneo potente en la ciudad. ¿Cómo lo contemplan?
De momento vamos a empezar con prudencia. Queremos ponerlo en marcha con jugadores de buen nivel, pero el objetivo es contar en dos años con algunos de los 50 mejores jugadores del mundo. En la primera edición del torneo podría ser posible disponer de un par de jugadores con ese ránking.
Sería un buen arranque.
Catalunya tiene tres jugadores de muy buen nivel, aunque se conoce poco. Uno es de Sabadell, Iker Pajares, que está entre los 60 mejores del mundo. Y dos más que se sitúan entre los 80 mejores. Hemos sembrado y lo que queremos es continuar en esta buena línea.
¿Terrassa ganará centralidad en el squash catalán?
Terrassa tuvo los primeros centros de nuestro deporte. La ciudad tiene una tradición indiscutible, pero además juega a su favor que está en el centro de Catalunya. Traer a jugadores de cualquier parte es cómodo.