No hubo heridos ni intoxicados. No los hubo porque los moradores de la vivienda en la que se desató un incendio el martes por la noche se habían marchado. Huyeron, se presume que no sólo del fuego: aquel incendio en la calle de Tortosa desveló, como ha ocurrido unas cuantas veces en Terrassa en los últimos años, una plantación de marihuana. La Policía Municipal decomisó más de 300 plantas.
A las 10.25 se extendieron las alertas en los servicios de emergencias: se había declarado un incendio en un altillo, en una vivienda de la calle de Tortosa, en Les Arenes-La Grípia-Can Montllor. Tres dotaciones de bomberos se desplazaron a la zona, cerca de la confluencia de la calle de Tortosa con la de Solsona. Fueron para allá también efectivos de la Policía Municipal.
Las llamas quedaron sofocadas en diez minutos, pero los bomberos permanecieron una hora en la casa, ventilando, inspeccionando.
La huida
Los inquilinos han salido corriendo, dijeron varios testigos a los policías municipales. Los indicios apuntaban a que el incendio lo había provocado una sobrealimentación del cuadro de contadores eléctricos, una demanda excesiva de electricidad para la que la instalación se revelaba insuficiente.
En el altillo había marihuana, y no un par de plantas. Los agentes municipales que revisaron la casa después de la extinción del fuego descubrieron el cultivo al llegar a la buhardilla. Contabilizaron 310 plantas de cannabis, cada una en una maceta. Y hallaron la consabida instalación de luces y riego. La Policía Municipal llevó la maría a la Jefatura y abrió diligencias penales por dos delitos: uno contra la salud pública y otro de defraudación de fluido eléctrico. Se investigará la identidad de los inquilinos huidos.
El 13 de diciembre había pasado otro tanto en una casa okupada de la calle de Girona (Sant Pere Nord): se desencadenó un incendio y la Policía Municipal halló casi 1.700 plantas. El lunes pasado los mossos decomisaron más de 700 matas en Can Palet de Vista Alegre.