Terrassa

La ACT ha recibido una donación de 22 mil sobres de azúcar

Mucho puede verse, leerse, saberse, en esos pequeños trozos de papel que son los sobres de azúcar. Su formato, los dibujos, el diseño, el nombre de la marca o el establecimiento, la tipografía, nos proporcionan información sobre lugares, épocas, sociedades, por no hablar de su condición evocadora del tiempo pasado, de un momento feliz que nosotros o alguien pasó en un bar tomando un café, o quizá de un restaurante del que éramos habituales, que ya cerró y del que solo queda el recuerdo y su sobre de azucar.

Francesca Pijoan Roch (Barcelona, 1932-2014) sucumbió, a principios de la década de 1970, al encanto y el interés cultural de los sobres de azúcar, y comenzó a coleccionarlos. Lo hizo durante el resto de su vida, y llegó a tener una colección de aproximadamente veintidós mil piezas, cuidadosamente ordenadas en álbumes.

Cedida por su hija
"Cuando falleció, a la hora de vaciar la casa, me resistí a lanzar la colección, por toda la energía y las horas que mi madre le había dedicado", explica a este diario su hija, Francesca Sanjosé Pijoan, en conversación telefónica desde Sant Feliu de Llobregat, donde reside. En nuestra ciudad existe un activo núcleo de interesados por este ámbito de coleccionismo, alrededor de la Associació de Col·leccionistes de Terrassa, conocido en toda Catalunya.

De modo que Francesca Sanjosé decidió donar la colección de sobres de su madre a la ACT, que la entidad aceptó "encantada", señala su presidente, Miquel Paraira, además miembro del grupo "Quintet del Sucre" y uno de los grandes coleccionistas europeos del tema. El acto de donación se efectuó el pasado 25 de noviembre.

La ACT tiene aún pendiente el análisis y valoración de la colección, que intuye puede contener piezas raras o desconocidas. A la entidad le gustaría conservarla entera, preferiblemente en su sede del Centre Cultural, e intentará encontrar el espacio para que ello sea posible.

Una gran coleccionista
"A mi madre le gustaba mucho ir a los rastros, y también hizo colecciones de planchas, "goigs", conchas, caracoles", recuerda Francesca Sanjosé. "Pero de ninguna acumuló tantas piezas, ni se dedicó tanto, como a la de sobres de azúcar. Toda la familia y los amigos lo sabían, y se los traían de cualquier lugar al que viajaran".

To Top