Ni una ni dos ni tres. Aquella tarde, el grupo de hurtadoras, especialistas en el robo al descuido, se apoderó de 31 prendas de ropa a las que antes habían arrancado los dispositivos de alarma. Casi 1.400 euros en artículos robados en una tienda de la calle del Vall, en el Centre. Quisieron huir con su botín textil, pero no lo consiguieron: las sorprendieron los Mossos d’Esquadra. La Justicia ha acabado condenando a tres de las ladronas. Para dos de ellas la pena es de dos años de prisión. Para la tercera, de un año y dos meses. La diferencia: las dos que han recibido mayor castigo eran reincidentes.
No son pocos los grupos de descuideros que peinan a diario zonas comerciales de Terrassa y otras localidades en busca de artículos que sustraer o de carteras y bolsos de que apoderarse, sobre todo en el interior de comercios. El 28 de noviembre del 2016, a eso de las siete de la tarde, cuatro chicas se concertaron para desvalijar, al menos, un establecimiento. Se dirigieron a una tienda situada en la calle del Vall.
Dos de las jóvenes entraron en el local. Otras dos permanecieron en el exterior, prestas a intervenir cuando fuese necesario.
Las que entraron agarraron unas cuantas prendas de ropa, hasta veintinueve, que estaban expuestas cerca de la salida. Poco a poco, les fueron arrancando las alarmas. Las compinches que aguardaban afuera se introdujeron también en el comercio y se unieron a las otras dos. Metieron los artículos en una bolsa de plástico y una de las acusadas abandonó el establecimiento con el botín. El sistema de seguridad no se activó porque la ropa no tenía los dispositivos de alarma.
El regreso
La mujer se desprendió de la bolsa con las prendas. Seguramente se la pasó a otra colaboradora. Ya sin el botín, regresó al comercio junto a otra de las denunciadas.
No tenían bastante con lo robado. Quisieron más. Las dos que habían permanecido dentro del local arrancaron dos alarmas más, de dos abrigos. Dos ladronas salieron con ese botín extra.
Tres de las cuatro hurtadoras no llegaron muy lejos en la huida, pues un agente de los Mossos d’Esquadra las sorprendió allí. Al parecer, el policía, libre de servicio aquel día, había visto el desarrollo de los hechos desde el exterior.
Intervino cuando creyó llegado el momento y retuvo a tres de las sospechosas. Luego llegaron más agentes. Una de las ladronas no fue identificada, pues sí logró escabullirse de la policía porque se marchó antes de la actuación del agente. Destapado el delito, en el local se hallaron los vestigios: un montón de alarmas rotas.
Desperfectos
Los abrigos fueron recuperados, pero la tienda no los pudo poner a la venta de nuevo debido a los desperfectos registrados por el arrancamiento de los dispositivos. Otras tres prendas sí estaban disponibles para el comercio, por lo que los responsables del establecimiento reclamaron el pago de 1.108,72 euros de los 1.384,69 en que estaba valorado el total de lo sustraído.
Ese dinero, 1.108,72 euros, deberán abonar las tres acusadas a la empresa en virtud de la sentencia del juzgado de lo penal número 3 de Terrassa que las condenó y de la resolución de la Audiencia Provincial de Barcelona que ha ratificado esa primera decisión judicial del órgano egarense.
Las sentencias, pues, condenan a una joven a un año y dos meses de prisión por un delito de hurto y a las otras dos, a dos años de cárcel porque en sus casos concurre la circunstancia agravante de reincidencia. Una de las reincidentes había sido condenada en tres ocasiones por juzgados de Barcelona. La otra, también tres veces por otros tantos órganos judiciales. Siempre por lo mismo: por hurto.