Opinió

Mantener el atractivo

Terrassa sigue creciendo y aumentando su población. Tras desbancar a Badalona como tercera ciudad con más habitantes de Catalunya, ha reafirmado su innegable atractivo ahora en las estadísticas referentes a los movimientos internos, entre comarcas, en Catalunya. Los últimos datos del Institut d’Estadística de Catalunya así lo reflejan. El saldo entre habitantes terrassenses que van a otras poblaciones catalanas y el cupo de foráneos que llegan a la ciudad arroja una cifra positiva de 390 personas. Tras Sabadell y Badalona, Terrassa presenta el mejor registro. Después de un período de un lustro en el que prácticamente no ha variado el número de habitantes, en 2017 se volvió a recuperar la senda alcista, aunque ni mucho menos con los niveles de crecimiento que se vivió con el cambio de milenio.

Terrassa es heredera de una larga tradición de acogida y ahora afronta una migración que no representaba un elemento determinante en su crecimiento como es la llegada desde otras comarcas catalanas. Tras el boom vivido en los cincuenta y los sesenta, cuando la ciudad acogió a un gran número de personas que se habían trasladado desde otras comunidades autónomas, a finales del siglo pasado y principios del actual se produjo un nuevo efecto llamada con emigrantes de otros países: especialmente de Sudamérica y África.

Ahora el incremento de la población llega del propio corazón de Catalunya. Terrassa mantiene su atractivo, especialmente su oferta en el ámbito de la vivienda, ya que Barcelona continúa expulsando a mucha población. Este saldo migratorio positivo confirma que la ciudad sigue generando suficientes propuestas para que se elija vivir en Terrassa y no en otra población. Aunque ha sido evidente que el incremento en el número de habitantes llegó a generar verdaderas tensiones -en el período entre 1998 y 2008 la ciudad pasó de 160 mil a doscientos mil residentes- en la última década se han optimizado los servicios a una población como la actual y es preciso no perder habitantes para precisamente poder continuar con este nivel de oferta.

Terrassa tiene como rivales en esta lucha a otras poblaciones del Vallès Occidental, una comarca que es también la tercera en el aumento del saldo migratorio catalán. El precio de la vivienda y el conjunto de sus servicios son claves en esta pugna que permita a la ciudad seguir conservando su carácter como imán de otros no residentes.

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