El Banco Central Europeo (BCE) revisó ayer a la baja las previsiones de crecimiento de la zona del euro una décima para este año hasta el 1,9% (2% previsto en septiembre) y para 2019 hasta el 1,7% (1,8%), y mantiene las del 2020 en el 1,7%. El presidente de la entidad, Mario Draghi, dijo ayer en rueda de prensa que se mantiene la incertidumbre por factores geopolíticos, el proteccionismo, las vulnerabilidades de las economías emergentes y la volatilidad en los mercados financieros.
El BCE revisó levemente al alza la inflación de este año y a la baja la de 2019 y prevé un crecimiento en 2021 del 1,5%, con una inflación del 1,8%. Ahora calcula una inflación del 1,8% en 2018, del 1,6% en 2019 y del 1,7% en 2020. En septiembre había pronosticado una inflación del 1,7% hasta 2020. Draghi dijo que el crecimiento económico de la zona del euro ha sido más débil durante algún tiempo, lo que refleja "una demanda externa más débil pero también algunos factores específicos de países y de sectores". El presidente del BCE se mostró convencido de que la fortaleza de la demanda interna continúa apoyando la expansión de la zona del euro y el aumento de la inflación. El BCE considera que son necesarios "estímulos monetarios significativos" para crear presiones al alza sobre los precios.
Producto interior bruto real
Según las proyecciones macroeconómicas de los expertos del Eurosistema de diciembre de 2018, el crecimiento mundial del PIB real (excluida la zona euro) se situará en el 3,8% este año, antes de reducirse al 3,5% en 2019, y durante el período 2020-2021 se mantendrá prácticamente estable.