El debut de Valentina Berr, la primera transexual del fútbol catalán, se produjo en el mejor escenario de todos los posibles. En el campo municipal de Mion – Puigberenguer de Manresa, uno de los pocos campos de tierra que quedan en la categoría, Valentina volvió a sentirse futbolista. Arropada tanto por sus compañeras como por las jugadoras de una Pirinaica que perdió por 1 a 9, la jugadora del Terrassa "B" vivió el debut soñado. Fue titular, jugó 73 minutos y marcó incluso un gol en un penalti que sus compañeras le dejaron que lanzara para que su estreno fuera redondo.
Llevaba semanas, meses, simplemente entrenando, sin poder jugar porque no disponía todavía del nuevo DNI ni de la ficha federativa. Cuando la tuvo, en esta décima jornada, ya pudo vertirse de corto y ser una más. Ajena al espectáculo mediático que se estaba generando a su alrededor, Valentina se dedicó a hacer lo que le gusta, a jugar.
Manejó a su antojo una situación que no era nada manejable. Rehuyó los focos y no quiso hacer declaraciones al final del partido. Una periodista de una cadena de ámbito español intentó reiteradamente que hablara. Pero sabía Valentina que no quería hablarle de fútbol. Quería que se expusiera públicamente, que fuera algo así como una bandera de la transexualidad. Ante su negativa, la reportera le espetó: "Yo creo que deberías hablar para explicar tu situación. Es la mejor manera de normalizar la situación". Con una sonrisa en la cara y con suma educación, Valentina le dijo: "¿Ves como no me entiendes? Quieres decidir por mí lo que me es más conveniente". Educadamente, Valentina se negó a ondear ninguna bandera, a abrir ningún telediario.
Abrazos compartidos
Y se fundió en un abrazo con sus compañeras, un abrazo que fue el último de muchos. Juntas festejaron la victoria, la goleada, el penalti transformado por Valentina, pero especialmente el final de demasiados meses sin poder pisar un terreno de juego, la alegría de un debut que fue algo más que un debut, o que quizás sólo fuera un debut, o un debut mediático camuflado de normalidad. Porque eso era lo que quería Valentina. Que su primer día como jugadora fuera un día normal, un día feliz, en que nada ni nadie la hiciera sentirse diferente, en que nada ni nadie la señalara. Y lo consiguió. Ganó esa pequeña gran batalla. Disfrutó de un partido con el que había soñado mil veces.
A las dos y media de la tarde, el campo de la Pirinaica, un campo de los de antes al que los Reyes le traerán césped artificial, estaba casi vacío. Acaso algunos rezagados comían en el bar y algunos familiares esperaban que las jugadoras salieran a calentar. El vestuario del Terrassa FC vivía un ambiente de cierta tensión. Las jugadoras y los dos entrenadores que viajaron hasta Manresa, Aitor y Marc Salvador, sabían que habría cámaras y eso, en cierta medida, incomodaba.
Contrariamente a lo que algunos podían esperar, nadie trató a Valentina de forma diferente o rara. Y el comportamiento del escaso público fue exquisito. Ni una mala palabra, ni un comentario jocoso. La gente estaba al tanto de su debut y las opiniones confluían en que la futbolista del Terrassa tenía todo el derecho de jugar a fútbol.
Sergi Segura, el entrenador del Pirinaica, señaló en relación al debut de Valentina: "No estamos acostumbrados a que nadie venga a vernos. Me parece perfecto que Valentina haya tomado esta decisión. Tiene todo el derecho de jugar donde quiera jugar. Es la primera vez que veo una situación como la suya, pero me parece fantástico. Me enteré de la noticia por la prensa y no me dí ni cuenta de que debutaría contra nosotras. Después me lo comunicaron desde el club. Estoy muy satisfecho de que no se haya producido ningún incidente ni ningún comentario. A la gente de la Pirinaica sólo le interesa el fútbol".
Pese a la expectación mediática generada (cuatro diarios y dos televisiones, además de dos drons que sobrevolaban el campo), todo se desarrolló con normalidad. Tras el partido, las compañeras de Valentina expresaron su satisfacción por su debut. La capitana Ainhoa Alcutén explicaba: "Nadie debería tener miedo de ir a un equipo femenino si se siente una mujer. No debería ser un tema de debate. Desde el primer momento la hemos aceptado como una jugadora más. No hemos tenido ningún problema. Y futbolísticamente nos aporta mucho. A ella no le habrá gustado mucho que haya tanta prensa. No debería ser así. Estaba algo nerviosa. Es una más en el equipo", apuntó.
Un buen recuerdo
Marta Montero, autora de tres golazos de vaselina, dijo: "Le hemos dejado tirar el penalti para que tuviera un buen recuerdo de su debut. La sociedad debería hacer que eso se viera como algo normal. Tenemos que conseguir normalizar el tema y con tanto revuelo mediático no se normaliza. Valentina es una jugadora más para nosotras y nos ayuda muchísimo", apuntó.
Las jugadoras de la Pirinaica acogieron también a Valentina con cariño y normalidad. Miriam Pitarch apuntó: "No estamos acostumbrados a que vengan cámaras a nuestro campo, pero para nosotras es un partido más. Yo he felicitado a Valentina por su debut. Me ha dado las gracias. Quizás se encuentre con equipos que no la acepten. Espero que no. Ha comenzado jugando fácil, pero en el primer sprint nos ha dejado a todas atrás".
Su compañera, la también manresana Núria Castaño, autora del único tanto local, dijo: "Tiene todo el derecho a jugar. Como una más. Lo que sí se nota es la fuerza. En el penalti que ha marcado, por ejemplo, ha realizado un disparo que nosotras no alcanzamos a hacer".