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Gonzalo Bernardos: “No veo crisis en ningún sitio, sólo un cambio de modelo”

El economista Gonzalo Bernardos, profesor de la Universitat de Barcelona y popular comentarista en diversos medios de comunicación, vino a Terrassa, invitado por Pimec Vallès Occidental, para pronunciar una conferencia titulada “¿Vuelve a la recesión?. Perspectivas 2019”. Y más claro no pudo ser: “No veo crisis en ningún sitio, ningún tipo de recesión, sólo afrontamos un cambio de modelo de crecimiento económico que no estará tan basado en la exportación y sí mucho más en el consumo interno”. Para Bernardos, España afronta años de crecimiento sostenido, siempre que no haya un “cataclismo” en la esfera internacional, y que durará “probablemente hasta el año 2022 con crecimientos anuales en torno al 2,5%”. Para 2019, su pronóstico es que el Producto Interior Bruto (PIB) español avanzará sobre el 2,6%.

El acto, que se celebró en el Vapor Universitari, también contó con las intervenciones de Manuel Giménez, teniente de alcalde del área de desarrollo económico del Ayuntamiento de Terrassa, que destacó que la Administración municipal “trabaja para ser ágil y eficiente tanto para los ciudadanos como para las empresas”, y de Alberto Rodilla, presidente de Pimec Joves Vallès Occidental. La clausura de la jornada, que reunió a un público numeroso, corrió a cargo de Josep Maria Catalán, presidente de Pimec Vallès Occidental.

Tres nuevos factores
Gonzalo Bernardos sostiene que esta mejora económica se sustentará en el crecimiento de la demanda interna (consumo de las familias), el aumento de la inversión en construcción y el incremento del gasto de las administraciones públicas. En este contexto, las exportaciones, que han sido el gran motor en la recuperación, pasarán a ser una “variable secundaria”. La construcción contribuirá a este crecimiento con una expansión “más larga” pero no tan especulativa. “Hace un año, los constructores de Barcelona no querían oír nada de Terrassa, ahora anda locos buscando solares para construir”. Este drástico cambios se ha producido a raíz de la obligación de que los promotores privados destinen un 30% de los pisos que construyan en Barcelona a vivienda asequible (un punto medio entre el precio de mercado y el social) que aprobó en septiembre de forma definitiva el Ayuntamiento de Barcelona.

“Tenemos un problema serio de salarios que está a punto de solucionarse (respecto a la anunciada subida del salario mínimo interprofesional)”. La mayor renta disponible, aseguró, además de que supone una “apuesta por la recuperación de la clase media”, favorecerá las ventas de las pymes y especialmente del comercio que hasta ahora no ha notado especialmente la salida de la crisis.

El modelo Rajoy
“El modelo de Rajoy se basó en la reforma laboral para contener salarios y favorecer las exportaciones. Eso nos ha hecho ir bien fuera, pero no dentro, donde el gasto de las familias frenó el crecimiento precisamente por los bajos salarios”. Bernardos también abordó el tema del desempleo. “La tasa de paro la hemos tenido en un 26,1% en 2013, y en 2021 llegaremos sólo al 10%; en la historia de la democracia española nunca hemos tenido menos de un 7,3% de paro”, detalló. “Hay un dato preocupante, que es la distribución de la riqueza, en este sentido estamos al nivel de muchos países del Este o de Estados Unidos, cuyo Estado del Bienestar es muy bajo”, aseveró. “Después de EEUU y tres países del Este, somos el país con mayor desigualdad social. Esto viene a indicar que la clase media se ha hundido y significa que ni el centro derecha ni el centro izquierda han encontrado soluciones para pararlo; en este contexto, surgen las alternativas políticas extremas”. También pronosticó que en 2021 España necesitará “mucha inmigración”. A su juicio, para ese año, y con la tasa de paro en 10%, las empresas tendrán problemas para encontrar trabajadores. Bernardos aseguró que la economía catalana se ha visto lastrada por la incertidumbre política (dos de las cuatro décimas de retroceso del PIB español en el tercer trimestre llegan de Catalunya, aseguró). En cualquier, dijo que la comunidad ha sabido reaccionar ante la crisis. “Catalunya se ha convertido en una gran exportadora de servicios y bienes. Tenemos ahora un país con una industria potente, sobre todo en Catalunya. Durante la crisis, los empresarios han sabido hacer muy bien su trabajo. A nivel español, además, afirmó que algunos parámetros importantes como los intereses anuales de la deuda soberana son “perfectamente asumibles” y que la situación de la Seguridad Social se puede reconducir si se aplican medidas de cara la jubilación de la generación del “baby boom”, que empezará en la próxima década. “El problema de las pensiones no es este año o el que viene. Pero habrá que decidir pronto si queremos una pensión baja a los 65 años o buena a los 70”.

Bernardos se mostró convencido de que la mejora económica tendrá lugar con independencia de quien gobierne y de una coyuntura internacional desfavorable: aumento de precio de barril de petróleo o la aparición de competidores en el mercado turístico como Túnez y Turquía.

Porque en la esfera internacional “las cosas han cambiado” por la irrupción de Donald Trump. “El proteccionismo de EEUU (“su economía petará no más allá del 2021 pues Trump sólo se dedica a lanzar gasolina a un bosque que ya está ardiendo”, dijo) ha hecho mucho daño a numerosas empresas y las bolsas, sobre todo a China y Corea del Sur”.

Los tipos de interés
Bernardos recordó que la mayor parte de las exportaciones españolas van hacia la UE. La nueva era de proteccionismo está afectado especialmente a Alemania, que vende sobre todo fuera de Europa, y eso ya lo está pagando con un exiguo crecimiento de su PIB en el tercer trimestre. “Cuando las cosas van mal en Alemania, nosotros vamos bien porque somos una país endeudado y necesitamos tipos bajos a largo plazo”. Calcula que como mucho, los tipos de interés subirán un 0,25% a finales de 2019, lo que es una “buena noticia”. El único peligro, añadió, llegará en octubre de 2019, cuando Mario Draghi deja la presidencia del BCE. “No hay peligro si viene otro “Draghi”; sí, si llega un alemán obsesionado con subir los tipos de interés sin ningún criterio”, concluyó.

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