Terrassa

Desconocimiento y normalidad en el estreno de la empresa Taigua

Terrassa se sumó ayer al club de las ciudades que gestionan públicamente el abastecimiento de agua. El lunes 10 de diciembre fue el primer día de la gestión directa en las oficinas de la calle Societat, de las que ya ha desaparecido el logotipo de la antigua concesionaria privada Mina y luce la rotulación de la empresa municipal Taigua.

"Este es un momento muy especial, histórico para la ciudad de Terrassa", dijo ayer el alcalde Alfredo Vega, que visitó las oficinas de Taigua a media mañana acompañado de representantes del equipo de gobierno y de la oposición, así como del equipo técnico que ha gestionado el complejo proceso de municipalización.

Vega celebró que desde ayer "el agua de Terrassa es el agua de todos", tal como recogen los vinilos de la fachada de Taigua. El alcalde recordó que la ciudad recupera las riendas de la gestión "después de 177 años, porque olvidemos que llevamos 77 años de concesión privada (dos de ellos en prórroga forzosa), pero que antes el agua de Terrassa estaba gestionada de manera privada desde 1841".

La gestión desde el Ayuntamiento pretende ser "más eficiente, garantizar que el agua es un derecho de todos y que se gestionará desde la transparencia y el control por parte de la ciudadanía" a través del Observatori de l’Aigua, órgano participativo que se pondrá en marcha en enero.

La administración local, dijo el alcalde, garantiza la correcta prestación del servicio. "Estamos en condiciones de decir que, salvo pequeñas incidencias, la ciudadanía no notará el traspaso".

Más allá de la gestión directa, el cambio de modelo "amplía la soberanía municipal. Este no ha sido un proceso fácil, pero nos ha permitido también profundizar en la democracia de la gestión de un bien tan esencial como el agua", apuntó Vega.

En el primer día apartada del abastecimiento en la ciudad, el alcalde tuvo unas palabras para Mina, a la que agradeció "los servicios prestados en unas condiciones que vienen de lejos. En el siglo XXI -añadió-, el agua tiene hoy otras expectativas, por eso la consolidamos como un derecho humano".

Tránsito de oficinas
Ayer, el estreno de la gestión pública fue tranquilo en la calle Societat y prácticamente imperceptible para los usuarios, tal como pretendía el Ayuntamiento. De hecho, muchos de los clientes que acudieron a la nueva sede de Taigua se enteraron allí mismo del cambio de modelo de gestión.

En la sede de la empresa pública, un dispositivo de información atiende estos primeros días a todos los usuarios y les orienta sobre los trámites a realizar. Durante varias semanas, gestiones relacionadas con el periodo de la concesión privada -hasta el 9 de diciembre de 2018- como el pago de recibos, la emisión de duplicados o las gestiones sociales se atienden en la oficina que Mina ha abierto en unos bajos de la calle del Nord, justo al lado de los locales de Taigua en la calle Societat. Otros trámites como las altas ya se resuelven en las dependencias de Taigua.

A partir de ahora, Mina tendrá sede en el edificio contiguo al de la empresa pública. La compañía ha dejado de abastecer agua a la ciudad, pero sigue haciéndolo en municipios como Matadepera, Rellinars, Ullastrell y Vacarisses.

La plantilla, encantada
Con la entrada en funcionamiento de la empresa municipal Taigua culmina un largo y complejo proceso para la municipalización que cuenta con el apoyo mayoritario del pleno. 20 de los 27 concejales apoyan el cambio de modelo de gestión, que secundan los grupos municipales del PSC, TeC, ERC-MES y la CUP.

Desde un inicio del proceso, Mina se opuso a la municipalización y respondió con varios contenciosos. Tres de ellos, los relacionados con el cambio de modelo, los ha aparcado recientemente. Sigue adelante el relacionado con la reversión de bienes que la compañía reivindica como propios y cree que el Ayuntamiento debe liquidar.

El gesto de la concesionaria es fruto del acuerdo suscrito en la recta final del proceso entre el Ayuntamiento y Mina para garantizar un traspaso tranquilo.

Así está siendo. La puesta en marcha del nuevo servicio público implica el alquiler de las antiguas oficinas de Mina en la calle Societat, de los talleres, almacenes, del laboratorio, los sistemas informáticos y la subrogación de los trabajadores de Mina vinculados al servicio. Ayer, algunos de los miembros de la nueva plantilla de Taigua respiraban aliviados al culminar su incorporación a la empresa pública, donde se han respetado todos sus derechos laborales.

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