El consejo de administración de la empresa pública del agua Terrassa Cicle de l’Aigua EPEL vota esta tarde el acuerdo del Ayuntamiento con la concesionaria Mina para un traspaso ordenado del servicio de abastecimiento, cuya gestión pasará a manos públicas el próximo 10 de diciembre. El pacto se formaliza en seis contratos que necesitan la aprobación de la EPEL y un expediente (ver despiece) que deberá pasar mañana el trámite del pleno municipal.
El acuerdo, sujeto a ajustes de última hora, implica que Mina seguirá vinculada al abastecimiento del agua en la ciudad, contratada a partir del 10 de diciembre por el Ayuntamiento como empresa de servicios. La administración municipal ha optado por esta fórmula ante la premura del traspaso y "para garantizar un relevo sin sobresaltos".
El primer contrato corresponde al alquiler del local propiedad de Mina en la calle Societat y tendrá una duración de cinco años. La empresa pública del agua arrendará a Mina las oficinas, los talleres y el almacén. También contratará las redes de telefonía, la informática, los ordenadores y los suministros.
Este acuerdo comportará que a partir del día 10 de diciembre la gestión del agua pasará a manos municipales, pero la ciudadanía apenas notará el cambio. En la calle Societat sólo mutará el rótulo de la fachada. Desaparecerá el cartel de Mina y en su lugar se instalará la marca "Taigua", con la que operará la empresa municipal. Incluso el personal de atención al público será el mismo, ya que la empresa municipal del agua se subrogará la plantilla de Mina.
Informática y laboratorio
La EPEL también firmará con Mina un contrato de asesoramiento técnico por un periodo de dos años, prorrogable a tres. Durante ese tiempo, la compañía acompañará a la empresa municipal en los procesos de migración de datos, en el mantenimiento de los sistemas informáticos y en la gestión de la red.
El tercer contrato afecta a los servicios de laboratorio, que a partir del 10 de diciembre prestará el Laboratori d’Anàlisi Ambiental de Mina. En este caso el acuerdo tiene en cuenta que parte de la maquinaria del laboratorio revertirá al Ayuntamiento -se pagó con cargo a las tarifas-, así como los trabajadores vinculados a los análisis de la red local de abastecimiento, que deben incorporarse a la plantilla de la EPEL junto a sus compañeros de Mina.
La fórmula pactada consiste en que la EPEL, una vez maquinaria y personal pasen a ser municipales, los cederá al laboratorio, para posteriormente formalizar el contrato de servicios.
El cuarto acuerdo tiene que ver con la compra del 10% del consumo de agua de Terrassa que procede de varios pozos de Mina situados en el centro de la ciudad y en Can Parellada. El formato del contrato está por cerrar, pero la última solución acordada pasa por que Mina siga produciendo, tratando y aportando el caudal de sus pozos a la red urbana, que es de propiedad municipal y sobre la que se aprobará una cesión de uso (ver despiece). Eso le permitirá continuar haciendo llegar el agua a municipios como Matadepera y Ullastrell cuando ya no gestione el abastecimiento en Terrassa.
La EPEL comprará a Mina el agua sobrante de sus pozos y lo hará a un precio inferior al que implicaría traerla de la planta de Abrera o comprarla a ATLL.
El pacto entre Mina y el Ayuntamiento incluye dos últimos contratos estrictamente de servicios en los que la compañía se convierte de nuevo en proveedora municipal.
El primero está relacionado con la red de impulsión y distribución del agua. Mina firmará un contrato de obras para atender el mantenimiento, las averías y la conexión con la red pública de abastecimiento. Lo hará a traves de Servaigua, la empresa del grupo que ha realizado estas labores durante los últimos años. Ocurrirá lo mismo con la lectura de los contadores. La compañía prestará un servicio de asistencia y asesoramiento en la gestión de la red domiciliaria.
Concurso público
El traspaso de la gestión del agua, que a partir del 10 de diciembre será íntegramente pública en la ciudad, dio un giro en verano cuando Mina y el Ayuntamiento acordaron rebajar la tensión, negociar un relevo pactado y aparcar la vía judicial.
El pacto para la mediación dio pie a una apretada agenda de negociaciones y trámites que continúan a ritmo frenético. Lo hacen bajo la supervisión de la intervención y de la secretaria municipales.
Uno de los flecos pendientes es la adjudicación temporal de contratos de servicios a Mina sin mediar concurso público. La ley contempla la asignación directa en situaciones de excepcionalidad, una condición que debe cumplirse e incorporarse a los documentos para asegurar la legalidad del proceso..
Este es uno de los aspectos en los que el grupo municipal de Terrassa en Comú ha insistido en la recta final del traspaso. Ahora, el gobierno trabaja para cerrar un documento legal, garantista y que se asegure mayoría en el pleno.