El pleno de mañana jueves debatirá, por la vía de la urgencia, un dictamen relacionado con el traspaso de la gestión del agua que incluye aspectos que requieren la aprobación del Consistorio.
El expediente incluye un informe sobre el estado de los bienes e infraestructuras de abastecimiento de agua que revertirán al Ayuntamiento y concluye que están en correcto estado. El dictamen se ha redactado tras analizar la situación de la red de distribución, los pozos, los edificios, la planta de Abrera, el depósito de Can Boada y la flota de vehículos, entre otros efectos reversibles.
El pleno también deberá valorar si da luz verde al reconocimiento del derecho de Mina a la utilización de la red municipal de abastecimiento para inyectar el agua de sus pozos, uso por el que pagará un canon.
En el mismo sentido, el Consistorio tendrá que pronunciarse sobre el hecho de que la EPEL ponga a disposición de Mina material e infraestructuras como los bienes del laboratorio, las instalaciones de tratamiento o los sistemas informáticos, entre otros, para que la compañía pueda prestar los servicios contratados.
El último aspecto del dictamen que verá el pleno está relacionado con la liquidación del contrato de concesión, uno de los ámbitos más polémicos del cambio de modelo. El expediente da por cumplido el contrato de concesión y deja el importe de la liquidación para más adelante. Fuentes municipales afirmaron ayer que, aunque hay una valoración económica aproximada, la cifra definitiva aún no está cerrada.
También quedará pendiente la liquidación con Mina de las cuatro prórrogas forzosas impuestas a la compañía. En este caso no habrá fluctuaciones en el importe puesto que las cifras están preestablecidas.
