Opinió

A cada cual lo suyo

Debe tratarse de que todos, menos los banqueros, seguimos convencidos de que estas instituciones siguen “forrándose”, como en aquellos ya muy lejanos tiempos.

La nueva sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, dando la razón a ADICAE, exigiendo la devolución de los importes de las cláusulas suelo “desde el inicio de la operativa”, algo así como con efecto retroactivo “hasta la noche de los tiempos”, sólo puede ser consecuencia de que nuestros jueces escogieron una carrera de letras, y nunca les ha ido mucho la ciencia de las matemáticas.

De seguir por el camino emprendido, tanto tribunales como decretos-ley, no sé si son conscientes sus autores que terminan con el libre mercado en cuatro días.

Trataré de explicar las consecuencias de las medidas que vienen apareciendo en los últimos tiempos.

A.- Dan por supuesto que todo ciudadano que firma un contrato con la banca es analfabeto o tonto perdido, además de que la banca, haga los contratos que haga, debe suponer que estarán sujetos a su invalidación.

B.- Creo que el efecto retroactivo deberían reservarlo para aquellos casos en que se ha incumplido un contrato, o ha existido manifiesta mala fe.

C.- Las cláusulas suelo eran imprescindibles para que la banca no quebrase. Deberían tener en cuenta que con un euribor a ras de suelo o en negativo, y la mayor parte de la inversión en hipotecas, no hay entidad que cubra sus gastos fijos, y prescindir de éstos no lo lograrían totalmente ni cerrando sus puertas.

D.- Era de insensatos pensar que las hipotecas firmadas por los clientes pudieran salirles más baratas de lo que les han salido (sin y con cláusulas suelo).

E.- Cuanto dejaron de pagar los hipotecados, más todo tipo de disparates cometidos por los consejos de administración (en las cajas, políticos, sindicalistas, patronales, etcétera), se ha compensado con ayudas del Estado, o sea, de todos, incluidos los que jamás tuvimos hipoteca.

F.- Excepto con algún caso-espectáculo, la justicia está siendo mucho más lenta con los responsables corruptos, permitiendo incluso su retirada con indemnizaciones y jubilaciones millonarias, que con las reclamaciones a la banca.

Primero y principal, por el gran disparate que supone tal retroactividad y, segundo, aunque fundamental, que acaba con el libre mercado, con la capacidad de individuos y empresas de firmar pacto alguno, sin el riesgo de que les sea alterado con posterioridad.

Podría concluir diciendo que, en lo que aún se está a tiempo, como es el caso de las cláusulas suelo, debe exigirse que quienes pagaron lo pactado y firmado dejen de endosarnos la factura, vía ayudas del Estado, a los que nada tuvimos que ver en esos asuntos.

Y también sería deseable la máxima rapidez y firmeza para, aparte de aplicar las condenas que corresponda, recuperar cuanto beneficio ilícito han tenido todos los que mangonearon a su antojo en todas las instituciones, especialmente en las cajas.

Me temo que para la mayoría de estropicios se llegará tarde, y espero que la sentencia sobre las cláusulas suelo, que seguro será recurrida, sea aplicada muy selectivamente, sólo para aquellos casos en que se demuestre engaño o mala fe.

Bueno sería que sus señorías se convencieran de que aquí no hay tanto tonto ni analfabeto.

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