El nivel de aceptación del trabajo de la Diputació entre los ayuntamientos, sean del color político que sean, es unánime. Lo aseveró ayer Marc Castells, presidente del organismo provincial, en Terrassa, donde presentó en el Museu Tèxtil el balance de las actuaciones de la Diputació de Barcelona en el Vallès Occidental. El organismo que preside Castells ha invertido en la comarca más de 120 millones de euros en lo que va de mandato, desde el 2016.
“Nunca en la historia de esta comarca la Diputació había invertido tantos recursos económicos”, señaló Castells en el comienzo de su intervención. Fue entonces cuando reinvindicó el papel de una institución muchas veces opacada, perjudicada “por una capa de invisibilidad” pese a que es un organismo saneado y con cifras “extraordinarias”. Castells lamentó que, no obstante esta higiene en sus cuentas, aún sufra trabas presupuestarias.
Entre el 2012 y el 2015 la inversión efectuada por la diputación barcelonesa en el Vallès Occidental, en el marco del Pla Xarxa de Governs Locals, ascendió a 120,16 millones de euros. En el mandato aún en curso ya ha superado esa cifra y alcanzado los 120,28 millones. Y todavía restan siete u ocho meses para acabar la legislatura.
En el plan referido, el organismo supramunicipal “trabaja para canalizar la transferencia de recursos económicos, técnicos y materiales a los gobiernos locales”, apunta la Diputació en su balance de cifras en la comarca. En el mismo en el que hace hincapié en el aumento del 78 por ciento si se comparan las cuentas inversoras desde el 2016 y las realizadas durante el mandato 2008-2011, cuando las inversiones apenas superaron los 67 millones. Los datos demuestran, según la diputación, la voluntad “de conectar con el territorio”. Precisamente el lema “Connectem” fue el elegido como rector de la legislatura que acabará el próximo verano.
El objetivo ha sido “priorizar la cooperación con los gobiernos municipales” al tiempo que se ponía la mirada “en garantizar la igualdad de oportunidades de las 910.031 personas que viven en los veintitrés municipios del Vallès Occidental”. Los motores han sido “la transparencia y el diálogo” y la misión, “asegurar el equlibrio territorial de la mano de la atención a las personas y del desarrollo económico”, insiste la Diputació.
Marc Castells se mostró orgulloso del trabajo hecho, sobre todo en lo referente a un ámbito de especial sensibilidad en estos tiempos que corren, y en los que han corrido no hace tanto: la lucha contra el paro. En el último trienio la Diputació ha invertido casi 16 millones de euros en el fomento del empleo en nuestra comarca, a través de las administraciones locales.
Teleasistencia
En la atención a las personas, el organismo provincial destaca su aportación al servicio de teleasistencia, que cubre a 18.488 vallesanos. El presupuesto destinado durante este año a ese servicio ha rebasado los 12 millones de euros, y la diputación afronta el 47 por ciento de ese pago. La teleasistencia se presta a personas en situación de riesgo debido a su edad, su situación de soledad, su fragilidad o su dependencia, durante veinticuatro horas al día y los 365 días el año. “Iremos aumentando el número de usuarios”, añadió Castells, que calificó ese servicio de “exitoso”.
La corporación presidida por Castells ha destinado, entre el 2015 y este año, 6,6 millones de euros a financiar las guarderías municipales del Vallès Occidental, otro de los pilares de sus inversiones en materia social. La Diputació subrayó ayer en su balance el apoyo prestado al desarrollo local para garantizar su autonomía “y suficiencia financiera”. El programa de equilibrio territorial favorece que gobiernos municipales emprendan obras en equipamientos e infraestructuras, “tanto en inversión nueva como de mantenimiento, reparación y conservación”. La institución barcelonesa facilitó el acceso municipal a créditos por un valor total de 77 millones de euros en los ejercicios del 2016 y el 2017.
“Ningún ayuntamiento habla mal de la Diputació”, afirmó el presidente de la corporación, orgulloso de una institución de economía robusta “y casi sin deudas”.