Las comarcas centrales, el área metropolitana de Barcelona, con especial protagonismo del Vallès Occidental, y el Camp de Tarragona son las zonas que han liderado el crecimiento de la economía catalana durante el año 2017 gracias, principalmente, a la expansión de la industria y de los servicios, lo que ha permitido superar la crisis. El catedrático de Economía Josep Oliver presentó ayer en Barcelona los resultados del Anuario Económico Comarcal 2018 de BBVA en el que destaca que las comarcas que más crecieron en 2017 fueron la comarcas centrales, 3,6%, el área metropolitana, 3,4%, y el Camp de Tarragona, 3,6 %.
Según Oliver, si somos capaces de alargar el crecimiento, éste seguirá por el resto del territorio, como ya ha ocurrido en otras ocasiones. La comarca cuya economía creció más en 2017 fue el Vallès Occidental, con un 5,1%, superando el registro del año 2016 (5%) y los dos ejercicios precedentes (3,7% en 2015 y 2,3% en 2014). En 2016 fue superada por Osona y el Garraf y ocupó la tercera posición. En 2017 le siguieron el Bages y Osona (4,2%) y Baix Penedès, Maresme y Cerdanya, con un 4% cada una. Las que menos avanzaron:, Ribera d’Ebre (0,5%) y el Solsonès, (0,9%).
Balance por demarcaciones
Por demarcaciones, la fortaleza de la industria y de los servicios vinculados a ella, impulsaron el crecimiento de Barcelona, 3,4%, Tarragona, 3,3%, mientras que Girona y Lleida crecieron menos, un 2,9% y un 2,6% respectivamente. Los datos del anuario muestran, según Oliver, que la crisis está superada porque Catalunya “ha hecho los deberes” y, en 2017, la comunidad creció con fuerza especialmente en exportación, que registró récords históricos, y muestra mejoras en la competitividad. También ayudaron factores exteriores como la política monetaria expansiva del Banco Central Europeo, la contención en el precio del petróleo o que durante el año pasado España y Catalunya se beneficiaron turísticamente de la situación del política del mediterráneo.
De hecho, Oliver destacó que el crecimiento del 3,4% en 2017 fue el “más sólido” de los cuatro ejercicios que llevamos de crecimiento, y todo ello, pese a que en el mes de agosto y octubre Catalunya sufrió los atentados terroristas y la crisis política El delegado territorial de BBVA en Catalunya, Christian Terribas, también destacó que Catalunya está haciendo los deberes y ha pasado la crisis más fuerte de los últimos años “con nota” porque hay una “recuperación económica evidente” favorecida por las exportaciones. Oliver afirmó que, globalmente, en 2017 se produjo un “crecimiento sólido” y se registró una composición del crecimiento “atractivo” ya que Catalunya está cambiando su modelo productivo, con mucha más vinculación al exterior y con crecimientos de servicios de alto valor añadido, entre otras cosas. Asimismo, destacó que el crecimiento es más lento en términos ocupacionales pero que también “es más sólido” con un componente tecnológico más elevado y mano de obra más cualificada. Según Oliver, Catalunya ha recuperado en cuatro años el 50% de la ocupación perdida durante la crisis y cree que podrían faltar unos tres años para recuperar la ocupación del 2007, que era un “máximo histórico insólito”. Sobre el 2018 se mostró “moderadamente optimista”, pese a la ralentización global por las guerras comerciales, el aumento del precio del petróleo y un menor crecimiento de China, entre otros factores externos. En este sentido, recordó que las últimas previsiones de la Comisión Europea apuntan a un crecimiento de la economía española del 2% en 2020 y aseguró que cree que Catalunya tiene un “plus” de crecimiento sobre España, que podría llegar a situarse en el 2,2 o el 2,3% si no hay algún “altibajo” político o afecta la situación de Italia, “esperemos que todo el mundo tenga ‘seny'”, señaló este economista.
Cierto freno exportador
Sus previsiones destacan que este año las exportaciones catalanas frenarán un poco, porque Europa ha crecido mucho, pese a que seguirán aumentando, y los servicios turísticos se normalizarán por las mejoras de las condiciones políticas de países como Túnez, Egipto y Turquía. En general, no cree que la composición del crecimiento se altere especialmente, aunque quizás la demanda interna crezca un poco más. El crecimiento del 2017 en Catalunya se sitúa en línea con el de los últimos años y las razones de esta mejora también han sido similares: positivo efecto sobre la competitividad y la confianza (interna y exterior) de las reformas y potentes vientos de cola exteriores (BCE, inestabilidad en el mediterráneo y precio del petróleo). Estos factores incrementaron la renta de los sectores no financieros de la economía, lo que se tradujo en aumentos en todas las partidas de gastos. Con ello, el avance de la demanda interna en 2017 fue de un intenso 3,1%, aunque, a pesar de la mejora acumulada desde 2014, se sitúa aún un -8,4% por debajo de la de 2007. Entre sus componentes, lo más destacable de 2017 fue el avance de la formación bruta de capital (5,6%) y, con crecimientos menores, del consumo privado y público (2,4% para ambos) aunque, dado su peso sobre el PIB en 2016 (un 53,5% del total), fue el consumo privado lo que definió el tono general de la demanda. A estos incrementos se sumó la positiva contribución del exterior, reflejando un nuevo patrón de crecimiento en el que fuerte aumento de la demanda interna son compatibles con contribuciones positivas de la demanda neta exterior. La fortaleza de la inversión refleja tanto la recuperación de la dirigida a la construcción (5,1%) como de la destinada a maquinaria y otros bienes (5,4%). A pesar de estos registros de 2017 y la mejora desde el 2014/15, la FBC total se sitúa todavía un 26% por debajo de la de 2007. Esta pérdida refleja, en particular, la de la construcción, ya que la FBCF en maquinaria y otros bienes se sitúa un 2,2% por sobre la que se efectuó en 2007. En cuanto al consumo, el público presentó un alza del 2,4%, con lo que su avance en la década 2007-17 supera largamente los registros de 2007 (de un notable 16,3%). En el ámbito del consumo privado, aunque el 2,4% de incremento del 2017 y los avances desde el 2014, la fuerte bajada 2008-13 continúa sintiéndose: su volumen en 2017 todavía está un -5,6 % por debajo del de 2007.
Empuje de la industria
En el ámbito exterior, las exportaciones (mercancías y servicios) en 2017 crecieron con fuerza (6,3%) y dada la relativa contención de importaciones (aumento del 4,4%), se mantuvo su contribución al crecimiento del PIB: el saldo exterior total (internacional y con España) aportó 0,7 7 puntos porcentuales del 3,4% del avance total. El VAB aumentó ese 3,3%, empujado por la industria (4,9%) y la construcción (4,7%), apoyados en un sólido aumento terciario (2, 9%).