Los aledaños de una finca de la calle de Volta, en Ca n’Aurell, seguían acordonados ayer por la tarde. El edificio estaba precintado porque lo dictaminó así un arquitecto municipal el martes por la noche, después de que parte del tejado del inmueble se hundiese.
No hubo heridos, pero la Policía Municipal instó a los moradores del inmueble a abandonar sus viviendas antes de la inspección realizada por el técnico del Ayuntamiento. Los peatones que transitaban ayer por una acera de la calle de Volta, la de los números pares, debían cambiar de lado al llegar al número 70, en el tramo comprendido entre la calle de Galileu y la de Arquimedes.
El sistema de emergencias 112 recibió la alerta a las 8.50 de la tarde-noche. Alguien comunicaba una incidencia en la calle de Volta. Se hablaba de un hundimiento en un tejado. El 112 advirtió a la Policía Municipal y a Bombers de la Generalitat. La Jefatura local desplazó a una patrulla.
Diez metros
Los agentes municipales comprobaron que parte del tejado del edificio se había desplomado sobre un techo, pero el hundimiento no había alcanzado a nadie. No se registraron heridos, como comprobaron los primeros policías que llegaron a la finca. La calle de Volta quedó cortada al tráfico.
El desplome había afectado, en principio, a unos diez metros cuadrados de cobertura, según la primera inspección realizada por los servicios de emergencias en la casa. Los guardias locales avisaron de la posibilidad de nuevos desprendimientos y un sargento, responsable del turno, se presentó en la finca. Era perentorio desalojarla de modo preventivo.
Dos dotaciones de bomberos trabajaban en la inspección del sitio y en el saneamiento del tramo donde había tenido lugar el derrumbe. Sacaron de allí los cascotes susceptibles de caer en breve y manifestaron a los policías la necesidad de que un arquitecto del Ayuntamiento revisase la estructura y determinase qué pasos dar.
Los bomberos cortaron el suministro de gas y el de electricidad como medida de precaución. El sargento de la policía contactó con el arquitecto municipal, que acudió a la calle de Volta e inspeccionó la casa, de planta baja y primera planta, con dos entradas. El técnico dictaminó que había riesgo de más hundimientos. Se imponía precintar el inmueble hasta que se ejecutasen las obras pertinentes para que fuese seguro.
Así se informó a los moradores y propietarios. Los afectados pernoctaron en domicilios de familiares hasta que se solventase la situación. Los efectivos de bomberos se marcharon de la zona una hora después de su llegada.