Un 35% de los pensionistas catalanes, prácticamente cuatro de cada diez, considera que su pensión es adecuada, frente a un 66% que afirma que es regular, mala o muy mala. Así se desprende de la sexta edición de la Encuesta sobre la Jubilación y las Pensiones, elaborada por el Instituto BBVA de Pensiones dentro de la iniciativa Mi Jubilación. La mayoría cree que recibirá menos de lo que ha cotizado, lo que contrasta con las estimaciones según las cuales un pensionista medio recupera aproximadamente 12 años después de jubilarse el valor de las cotizaciones realizadas por él y su empleador.
La encuesta se realizó a una muestra de tres mil personas mayores de 59 años en toda España. Cuatro quintas partes de los entrevistados en esta encuesta son pensionistas (63% pensionistas de jubilación, 3%, pensionistas de incapacidad y 15%, de viudedad). Entre los hombres entrevistados, son pensionistas nueve de cada diez (89%); entre las mujeres, tres de cada cuatro (74%).
Los resultados de la encuesta para Catalunya muestran que, si bien tres cuartas partes de los pensionistas de jubilación actuales supieron con menos de medio año de antelación a cuánto ascendía su primera pensión, menos de la mitad (47%) reconoce haber ahorrado para la vejez antes de jubilarse. El desconocimiento del importe de la prestación que representa la principal fuente de ingresos durante la vejez sugiere que los hoy jubilados entraron en su jubilación con tranquilidad y confianza generalizadas en el sistema de pensiones como mecanismo de sustitución de rentas.
Sin embargo, en la actualidad la confianza no es completa: cuando se pregunta a la población de 60 o más años si las pensiones que concede actualmente el Estado están garantizadas, un 62% de los entrevistados asiente, mientras que un 34% opina lo contrario. Menor es la confianza en las pensiones de quienes hoy tienen entre 40 y 50 años. Preguntados sobre si creen que esas pensiones están aseguradas, el 66% de los entrevistados no lo cree.
Incertidumbre
Aunque los entrevistados consideran que las pensiones de quienes nacieron en los años 60 y 70 del pasado siglo son inciertas, y aunque en un porcentaje elevado (82%) afirman sentirse preocupados por las pensiones de "las generaciones más jóvenes", la mayoría de los actuales pensionistas (siete de cada diez) rechaza la idea de reducir la prestación que cobran en un 10% para asegurar las pensiones de futuras generaciones.
Un 93% de los entrevistados catalanes opina que el Gobierno debe revalorizar todos los años las pensiones para que no pierdan poder adquisitivo, mientras que solo el 6% considera aceptable que si la Seguridad Social tiene déficit, el Gobierno prescinda de revalorizar las pensiones.
El rechazo al ajuste de las pensiones o a la no revalorización se asienta sobre la consideración de las pensiones como una prestación por la que los pensionistas han contribuido sobradamente a través de sus cotizaciones sociales. De hecho, en contra de las estimaciones según las cuales un pensionista medio recupera aproximadamente 12 años después de jubilarse el valor de las cotizaciones realizadas por él y su empleador, casi cinco de cada diez pensionistas entrevistados (45%) estiman que, sumando todo lo que van a cobrar como pensionistas, recibirán menos de lo que cotizaron durante su carrera laboral. Esta proporción de quienes creen "salir perdiendo" dobla holgadamente a la de quienes piensan que la Seguridad Social va a acabar pagándoles más de lo que cotizaron (16%).
Vivienda
Los resultados de la encuesta también indican que una proporción considerable de catalanes mayores de 59 años considera la vivienda como un bien del que cabe extraer ingresos en caso de necesidad durante periodos de la vejez que requieran gastos superiores a los regularmente disponibles. Así, un 61% de los entrevistados que tienen una vivienda en propiedad estaría dispuesto a venderla, hipotecarla o alquilarla "si les hiciera falta más dinero para vivir".