Enric y Maria Dolors viven en una casa de la calle del Doctor Ferran, en Sant Pere Nord, desde hace dieciséis meses. Y desde entonces se han visto obligados a convivir junto a la puerta de su domicilio con acumulaciones de basura, sobre todo de muebles, cajas y electrodomésticos. En cientos de metros a la redonda no hay más contenedores que los situados allí. “Algunas personas vienen en coche, bajan la basura y la dejan junto a los contenedores”, dice Maria Dolors.
Han presentado varias instancias al Ayuntamiento y las respuestas nunca son convincentes. Ellos quieren que el Consistorio traslade de sitio los cinco recipientes de recogida instalados en su tramo, y proponen la misma calle, un poco más abajo, cerca de la del Camí de Castellar, con la acera más ancha. Porque muchas veces es imposible pasar por la acera en el tramo de Doctor Ferran comprendido entre la calle de Bartrina y la Ample. Si no lo impiden unos cuantos muebles lo evitar neveras y cajas de cartón.
“A veces vienen operarios al poco de llamar para quejarnos y retiran los trastos, pero la situación es la misma poco después”, lamentan. El matrimonio aguarda la visita de un inspector que le informe del porqué el Ayuntamiento no puede variar el lugar de los contenedores. Y si realmente es imposible, piden mayor frecuencia en la recogida.