El día de hoy es el inicio del gran puente de Tots Sants para muchos ciudadanos. Sea aquí, en la ciudad, o en otro lugar de los Països Catalanas, es el día de la castañada, una celebración popular que data del siglo XVIII y que está asociada a las antiguas comidas funerarias. Por aquel entonces, sólo se servían ese día legumbres y fruta seca y panecillos diversos, entre los cuales figuraban los panellets.
Hace días que algunas calles de la ciudad y comercios, esencialmente pastelerías y panaderías exhiben los productos típicos de esta tradición. Caminado por el Centre, sobre todo, hay puestos de venta de castañas, algunas de ellos con larga trayectoria como el que está en la Rambla d’Ègara con el Portal de Sant Roc.
"Mi abuela fue la pionera y después mis padres y ahora nosotros, los hijos", cuenta Ester Galdano, mientras su hermano, Oliver, atiende a los clientes. "Es un oficio que nos gusta porque lo hemos viviendo desde muy pequeños; lo llevamos en la sangre", asegura Ester, quien se muestra satisfecha de que su caseta siga generando largas colas, especialmente hoy por la tarde-noche. "Es que nuestro producto es muy gustoso. Parece fácil pero no lo es. Hay que comprar el producto de calidad y conocer cómo debe hacerse la cocción", dice.
Los precios
Este año, un kilo de castañas cuesta diez euros. "Es el mismo precio que el año pasado pero nosotros hemos comprado más caro porque cada vez es más escaso", indica Ester. Con todo, es un precio asequible comparado con el boniato y ya no digamos con el panellet. Hemos preguntado en panaderías y pastelerías, el boniato está a un promedio de ocho euros el kilo y el panellet entre 41 y 45 euros el kilo. Ambos productos también se sumarán a la celebración de esta noche y, con mucha probabilidad, el segundo será uno de los más esperados a tenor de las consultas realizadas. Eli Ibañez, responsable de La Florida, explica que "en el puente del Pilar, del 12 de octubre, ya vendimos los primeros panellets pero hoy y el fin de semana subirán las ventas porque es la celebración. Los clientes piden variado pero el de piñón no falta nunca. Es el favorito, el rey de la bandeja". Por igual se pronuncian en La Pastisseria. "El de piñón sigue siendo el más reclamando a pesar de que sea el más caro de comprar", explican Rashida y Ursula, dependientas del comercio. El motivo de que sea el más demandado y de mayor precio es porque los piñones y, en general, los frutos secos escasean y, por tanto, la compra al proveedor también resulta elevada. "Muchos pasteleros artesanos, como es nuestro caso, explica Eli, de La Florida, hemos comprado el piñón a sesenta euros el kilo y lo vendemos a 45 euros el kilo. O sea que aún perdemos. Otra cosa es el tipo de producto que compres. Hay también piñón de China pero no es lo mismo".
Piñón, almendra y después coco. Parece que son los tres con sabor más tentador. Aún así, con las tradiciones, también hay artesanos que se atreven a innovar. Zaguirre Pastissers de Terrassa, por ejemplo, presenta panellets de castaña, de frambuesa deshidratados con chocolate blanco o negro, de crema catalana o el "músico". Toda una variedad para los sentidos y para el paladar más sensible y exigente.