Apenas le quedaban fuerzas para soplar y no pudo hacerlo en la primera prueba, la de orientación. Luegó sí sopló, y el resultado de la prueba de alcoholemia fue positivo, de 0,72 miligramos, constitutivo de delito contra la seguridad vial. Ocurrió el viernes. Minutos antes, el vehículo conducido por el imputado se había estrellado contra la acera, una valla y una farola en la carretera de Martorell.
Poco antes de las diez de la noche los servicios de emergencias supieron de un accidente en la carretera C-243-c, en una rotonda cercana a Vista Alegre. Las primeras informaciones hablaban de un coche empotrado contra una farola. Llegaron a la zona una dotación de la Policía Municipal y dos de Bombers de la Generalitat.
En efecto, un turismo había colisionado contra un poste de alumbrado. También, según la policía, contra la acera y una valla. Los agentes locales instaron al conductor a soplar en el aparato de medición de alcohol, pero el implicado no tenía fuerzas para hacer la prueba. Tuvo que realizar la de precisión, una vez trasladado a la Jefatura de la policía.
Más imputados
Allí, en la central, sí consiguió efectuar el test, con una tasa de 0,72 miligramos. Y de allí salió como imputado por un delito contra la seguridad del tráfico. Una grúa de Egarvia retiró el coche de la rotonda después de que los bomberos desconectasen la batería. El vehículo quedó inmovilizado.
La misma suerte de ese implicado, la apertura de diligencias penales, corrió el sábado de madrugada otro conductor tras un accidente. Un coche colisionó contra la rotonda de la Dona a las 5.45. Un policía municipal fuera de servicio vio el vehículo e informó a su central. Unos agentes identificaron al conductor y le hicieron las pruebas: 0,83 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.
Hubo más: el sábado por la tarde, otro conductor hizo mal las pruebas de manera deliberada después de que su coche se estrellase contra un árbol en la calle de Colom, en Santa Margarida. Está acusado del delito contra la seguridad vial y de desobediencia.