El derbi entre el Terrassa FC y el San Cristóbal disputado este sábado en el Camp Olímpic se enmarcó en una bonita fiesta del fútbol terrassense, deslucida un tanto por la lluvia pero agigantada por el modo en que los equipos y las aficiones lo afrontaron. El estadio, aunque aún no hay cifras oficiales al respecto, presentó una buena entrada con más de 1.500 aficionados en la tribuna, el único acceso que se abrió debido al mal tiempo. Las dos aficiones convivieron de forma ejemplar, confirmando el clima de hermanamiento existente entre ambos clubs, que por primera vez en la historia coinciden en la Tercera División. El derbi hacía 26 años que no se jugaba en competición liguera, en aquella ocasión en Primera Catalana.
En las horas previas al partido, las dos directivas se reunieron para comer juntas. Y una vez empezó el balón a rodar, la intensidad del encuentro se trasladó a una grada que celebró el atrevimiento de unos y de otros por ofrecer el mejor espectáculo posible.
En el palco, hubo representación a todos los niveles. El alcalde, Alfredo Vega, presidió el encuentro junto al presidente de la Federació Catalana, Joan Soteras, en su primera visita a Terrassa desde que ostenta dicho cargo. También se desplazaron desde Sevilla familiares del ex jugador del Terrassa Jaime Nieto, fallecido hace unos días a los 70 años de edad y objeto de un homenaje por parte del club. El Terrassa también homenajeó la figura de otro ilustre de su historia, el ex jugador José Luis Valdés.