Lo que está ocurriendo en el bloque ocupado de la avenida del Abat Marcet es probablemente el paradigma de lo que ha ocurrido en otros bloques de la ciudad. Una ocupación que convierte una finca en objeto de ocupación incívica que va deteriorando el perfil hasta convertirse en un problema social y, ahora, de salud pública. Y este que nos ocupa es un bloque en el que todas las viviendas están ocupadas, pero se producen situaciones de este tipo en edificios en los que los incívicos conviven con propietarios que ven con impotencia cómo su vida se ha convertido en un auténtico infierno. Es más, en este de la avenida del Abat Marcet, se puede comprobar la diferencia de perfil de los primeros ocupantes que todavía siguen en el bloque con respecto a los que están generando los problemas en el vecindario.
Ese edificio se ha convertido, efectivamente, en un problema y, según los vecinos de la zona, en un peligro de consecuencias imprevisibles. Incendios, peleas, lanzamiento de objetos y heces por los balcones, ruidos… el bloque ocupado hace la convivencia imposible en la zona.
El problema está en que las autoridades no tienen forma de solucionarlo. Parece ser que hay diversos desahucios preparados que si se llevan a cabo y no se toma ninguna medida en el bloque, sólo servirán para que otras personas tomen posesión de esas viviendas. Y así, hasta que, como dice un vecino, ocurra una desgracia.
Lo que ocurre en la avenida del Abat Marcet debería servir para analizar cómo se debe gestionar este tipo de situaciones, tanto desde la perspectiva del propietario, como de la administración, como también desde la vertiente policial.
Hechos consumados
Ayer se presentó formalmente la medida de unir un total de 36 municipios del Área Metropolitana de Barcelona con una tarifa plana. Parece ser que esa medida no afectará a Terrassa ni para bien ni para mal. Una de las preocupaciones de la ciudad, manifestada por el alcalde en su carta a la ATM y a la alcaldesa de Barcelona, y por otros partidos políticos, era si esa decisión iba a afectar negativamente a los usuarios terrassenses. Lo realmente grave es que nos han ignorado completamente. Collserola ha vuelto a ser un muro infranqueable.