El ciclo de conciertos que, desde principios de temporada, se ha venido a sumar a la programación musical del Centre Cultural, propuso el pasado viernes el concierto de una de las vocalistas más brillantes de la actual escena catalana. Judit Neddermann ha sido una de las cantantes más potenciadas dentro de la programación de la Nova Jazz Cava, donde ha actuado en numerosas ocasiones en la última década junto a diferentes proyectos, pudiendo sus fieles ser testigos de la evolución de una artista muy joven pero muy completa, muy versátil.
Neddermann demostró el viernes en la sala de actos del Centre Cultural que es además una artista con una voz propia, con un mensaje íntimo pero esclarecedor, con un carisma escénico fuera de toda duda.
La acompañó Pau Figueres, uno de los adalides de vocalistas de la entidad de Sílvia Pérez Cruz, Maria del Mar Bonet o Mayte Martín. Fue además una de las personalidades más importantes en los inicios de la carrera de Gemma Humet, y pese a su juventud, es hoy en día un guitarrista extremamente reputado.
Juntos hicieron pasear a un público muy agradecido y muy entregado por un universo de canciones extraídas de los tres discos originales que ha publicado la también cantautora hasta la fecha, deteniéndose muy especialmente en el último, "Nua."
El repertorio fue además un paseo biográfico, desde temas como "Vinc d’un poble", en el que se refiere a su Vilassar de Mar natal, hasta "33 hores de bus", en el que relata un viaje que hizo con su hermana por Brasil, y en el que aprovecha para sumarle a su música ritmos latinos, con sabor a Salvador de Bahia.
A Lluís Puig
Neddermann también reflexiona a través de sus canciones de temáticas como el confiar (en "Avui") o le dedica a Lluís Puig (cuyo cumpleaños fue el pasado 18 de octubre) un tema que en su día le dedicó a Ester Quintana, que perdió un ojo tras una carga de Mossos durante una manifestación.
La cantante también instaura un "bloque emocional" en el que se recrea, aunque presente esas canciones entre risas, en sus hondos padecimientos amorosos. Lo hace a través de las canciones "Com viure sense tu" y "Els ocells" (esta última, una de sus piezas más celebradas.)
Ya en los bises, la artista escoge dos de sus temas más celebrados, el que le dedica a su hermana, "Mireia, y el que quizá fue el más apoteósico, "Voldria que fossis aquí." Pese a lo "desnudo" de su puesta en escena, una propuesta con apenas instrumentación, los efectos en su voz y su infinidad de recursos como intérprete, ampliaron los ecos de su propuesta como si de una banda entera estuviéramos hablando. Neddermann basculó entre la alegría de algunos de sus temas y la profundidad con agilidad y soltura, y se la vio claramente entusiasmada con la respuesta del público..
Judit Neddermann i Pau Figueres