Ragna Debats ha conquistado este año una triple corona al alcance de muy pocos deportistas. Esta corredora de montaña nacida en Holanda pero afincada en Terrassa desde hace casi seis años, se proclamó la semana pasada campeona de la Copa del Mundo de carreras de montaña en la modalidad Overall, una clasificación general en la que se computan los mejores resultados de la Copa del Mundo Sky-Extra (carreras entre 45 y 75 kilómetros) y la Copa del Mundo Sky Classic (carreras entre 20 y 45 kilómetros). Su segunda posición en la Limone Extreme le proporcionó esa corona que viene a rubricar un año excepcional en el que también ha conquistado el Campeonato del Mundo en las especialidades de ultra trail y el de Sky.
"Ha sido una temporada de ensueño. Como mucho pensaba que podía conseguir uno de estos tres campeonatos, pero al final han sido los tres. Es algo espectacular, mejor imposible", señala a la hora de hacer balance de lo conseguido. "Hay pocas personas en la historia que han podido conseguir algo similar", explica con orgullo indisimulado. En el apartado masculino, Kilian Jornet fue quien conquistó el título en esa Copa del Mundo.
Carrera fulgurante
Ragna Debats ha seguido una trayectoria espectacular en el mundo de las carreras de montaña, una especialidad deportiva en la que se inició en 2009 poco después de instalarse en Catalunya. En su país (nació en Nimega el 22 de marzo de 1979) se dedicó a la hípica, se formó como profesora de doma clásica y saltos en Alemania y dio clases en Inglaterra mientras estudiaba Filología alemana e hispánica. El año pasado ya fue campeona del mundo de pruebas ultras y segunda en la Copa del Mundo, unos resultados que ha superado este año y que le sitúan el listón de la exigencia a muy alto nivel. "Estoy muy ilusionada con el próximo año. Quiero preparar la Ultra Trail de Montblanc, la reina de las pruebas de montaña con 170 kilómetros. Es un reto muy importante, pero estoy ilusionada."
Sus magníficos resultados le han permitido profesionalizarse. Corre para el club La Cameta Coixa y tiene a la firma Merrel como patrocinador. "Sólo de los premios no podríamos vivir. Pero con la ayuda de los patrocinadores, sí. Aunque para eso es fundamental acreditar buenos resultados." Un proceso que ha compartido con su marido, el también corredor de montaña matadeperense Pere Aurell, que este año se ha coronado campeón de la Copa del Mundo en la disciplina Sky Extra (pruebas entre 45 y 75 kilómetros). "Es el primer año que los dos podemos dedicarnos de forma exclusiva al deporte. Es una gran ventaja."
Profesional
Entiende que su progresión en los últimos años se explica, en buena medida, a través de esa progresiva profesionalización. "El cambio está, sobre todo, en el ritmo del día a día y poder descansar bien, prepararte al máximo para las pruebas. No entreno más horas, pero es importante organizar la jornada alrededor de los entrenamientos o de la actividad deportiva." Tampoco se olvida de las novedades incorporadas este año en su plan de trabajo. Mejoras en la nutrición, en el plan de entrenamiento o la incorporación a su equipo, por primera vez, de una psicóloga deportiva. "La cabeza es muy importante en las carreras y me ha ayudado mucho".
Aunque el calendario de la Copa del Mundo ha finalizado, la temporada sigue aunque a un ritmo inferior. "Incluso cuando descansamos hay que seguir corriendo, no podemos parar", explica. En su agenda, una maratón en Ibiza y una prueba ultra de 130 kilómetros. La montaña es su vida, un entorno en el que dice que se siente libre y que le ha dado confianza en sí misma para ser una persona abierta. "Uno de los secretos del éxito es compartir esta pasión con mi marido. Vivimos para esto, es un estilo de vida. Nos gusta lo mismo y eso lo hace más sencillo todo." Son padres de una niña de 4 años. "Vamos juntos a todos sitios. Si vamos en coche, viajamos con la niña y con el perro. Si es en avión, la niña viene con nosotros. Y en las carreras siempre encontramos ayuda, incluso para hacernos de canguro." Por ello, compartir este año títulos a nivel mundial ha sido una experiencia inolvidable. "Si los resultados sólo hubiesen acompañado a uno de los dos, también estaríamos muy felices".