Terrassa

Risas sin tregua en el Centre Cultural

En las últimas décadas el fenómeno de los "talk shows" televisivos ha propiciado el surgimiento de personajes todoterreno que, a partir de su gran popularidad, han conseguido llenar teatros, salas de cine y elevar la difusión, con su presencia, de los espacios de entretenimiento en la pequeña pantalla. Dos de esos profesionales, Jose Corbacho y Santi Millán, proceden de la misma cosecha del teatro catalán, primero con La Cubana, y luego, de la mano de Buenafuente, en los espacios de El Terrat. Corbacho como creador y Millán como showman, han despuntado echando mano de la suspicacia, la comedia y la inteligencia, y ya les acompaña la etiqueta de "veteranos."

El verdadero contacto que tienen ahora con el público que llena, a su paso, los teatros, son giras como ésta del Comedy Zoo Tour, un formato parecido al del Club de la Comedia en el que bastan la presencia y la palabra para llenar el escenario.

El sábado estuvieron con este espectáculo en el Centre Cultural de Terrassa, dándole la alternativa a un humorista desconocido (desde el sábado ya lo es algo menos), Javi Sancho, y echando mano de un humor al que es difícil resistirse.

Se anunciaba que la duración del espectáculo iba a ser de 80 minutos pero en realidad fueron dos horas de monólogos. El espectáculo se inició con los tres subidos en el escenario, y con un diálogo entre Millán y Corbacho ignorando, durante varios minutos, a Javi Sancho.

Ambos recordaron haber estado en ese mismo escenario en el marco de la gira de 5 Hombres.Com, el mismo día que actuaba Rosa en televisión. Fue, por tanto, en 2002 (alguien del público dijo 2004, pero nadie le desmintió.) También recordaron haber estado en Terrassa con La Cubana. Eso dio pie a que Sancho pudiera contrastar su juventud (tiene 30 años) con la veteranía de sus dos padrinos de un modo, cómo no, desternillante.

Un "referéndum", o consulta, sirvió para escoger al primero en comenzar, aunque la votación no sirviera de nada y empezara Corbacho. Su relato comenzó con el viaje en coche desde Hospitalet a Terrassa, pasando por la calle Arquímedes, y de ahí le dio para bromear de la multiculturalidad, de los comercios y bares de chinos, de los selfies, los spas, las zapatillas de los hoteles, o las compras junto a su mujer en una tienda para runners. Sus chistes se encadenaron con velocidad y agilidad, riéndose de sí mismo, de sus acólitos, convirtiendo en mundana su famosa figura.

Presentación
Javi Sancho cubrió a continuación la parte central del espectáculo, con un monólogo a modo de presentación: es de Tarragona, y tiene a una abuela a la que adora. Sancho fue el que más fomentó el feed back con un público al que, sin duda, conquistó con las historias de su familia, del novio de su madre, de las discotecas o el teletienda.

El último en aparecer fue Santi Millán, algo descentrado al principio pero quien, al coger gas, consiguió ser el más evocador con las escenas del vestuario masculino del gimnasio, de la autosatisfacción en la adolescencia o del sexo en pareja. Millán confesó llevar mal eso de haber cumplido los 50 años, pero su inspiración sigue intacta incluso al elaborar un diccionario del lenguaje entre hombre y mujer.

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