A partir del lunes por la noche el tráfico de la C-16 se desviará en los dos sentidos de la marcha a la altura de Can Trias. Las obras del nudo de comunicaciones del IV Cinturó (B-40) que se construye en ese punto obligan a liberar el tronco central de la autopista durante ocho meses.
A lo largo de ese periodo, los vehículos que circulen por la C-16 tanto sentido Manresa como en dirección a Terrassa abandonarán la autopista para circular por calzadas laterales durante un trayecto aproximado de unos 100 metros. Superado el tramo en obras, regresarán a la autopista.
La maniobra responde a la construcción de dos puentes laterales de la C-16 que conectarán con la nueva autovía. Las obras se concentrarán en el espacio entre las calzadas provisionales, de manera que el tráfico pasará a banda y banda de la zona de obra.
Durante las últimas semanas se ha procedido a la construcción de las vías laterales que acogerán el tráfico hasta el próximo mes de mayo. Esta semana los trabajos se han concentrado en la pavimentación de las calzadas provisionales.
Impermeabilizan los túneles
En paralelo al desvío, los trabajos de construcción de la B-40 continúan en el tramo entre Olesa y Viladecavalls. Las fases Abrera-Olesa y Viladecavalls-Terrassa llevan años ejecutadas y abiertas al tráfico.
En el recinto de la obra, los trabajos se concentran en este momento en los dos túneles construidos en término municipal de Olesa. Las galerías ya han sido perforadas y ahora se procede a la impermeabilización del interior, fase previa a la última cobertura de hormigón. Finalizada esa fase, se procederá a la colocación de las instalaciones y a la señalización.
Durante los próximos meses el ritmo de la obra se intensificará en el tramo del nudo de comunicaciones de Viladecavalls. En ese punto, el IV Cinturó pasa bajo la estructura de la C-16. El proyecto contempla la construcción de varios puentes que resolverán las conexiones entre las dos vías de gran capacidad y las infraestructuras viarias del entorno, entre ellas la carretera C-58.
Fuentes próximas al proyecto confirmaban esta semana que, más allá del revestimiento de los túneles, queda pendiente la construcción de colectores, tres puentes, muros, y la ampliación de dos pasos inferiores en las calles de Pablo Iglesias y Carrascó i Formiguera, entre otras obras.
Además, en el tramo final de la obra será necesario resolver la reubicación de un vertedero localizado en el recinto durante una operación de movimiento de tierras.
Complejo y costoso modificado
El tramo Olesa-Viladecavalls del IV Cinturó afronta también la ejecución de un modificado que supone un incremento presupuestario del 20%, implica una larga tramitación y suma al paquete de obras un nutrido listado de trabajos. Afectan tanto al tramo ahora en ejecución, como a intervenciones que quedaron pendientes de los proyectos ya finalizados entre Abrera y Olesa y entre Viladecavalls y Terrassa.
El modificado incluye la sustitución de una torre eléctrica situada junto a la boca de uno de los túneles y la construcción de dos nuevas rotondas. Además, programa las calzadas laterales de la C-16, que se acortan, y el enlace Terrassa-Oest. A finales de 2017 el Ayuntamiento de Terrassa y el Ministerio de Fomento cerraron un acuerdo sobre el trazado definitivo de este enlace. El grueso de todas las obras está por ejecutar y se suma al proyecto inicial.
Éste contempla la construcción de una autovía que discurrirá por los términos municipales de Viladecavalls y Olesa. La infraestructura constará de tres carriles por sentido de circulación con posibilidad de ampliación a cuatro.
El origen del tramo está en término de Olesa, donde se han construido dos túneles, uno por sentido de la marcha, de 1,2 kilómetros de longitud cada uno. Desde ese punto, el trazado discurre atravesando cuatro barrancos, sobre los que se han levantado viaductos. Al llegar a Viladecavalls, la B-40 cruza bajo la autopista C-16, para conectar con el tramo ya construido en Terrassa.
La continuación del IV Cinturó hasta Granollers empezó a moverse antes de verano. En junio, el Ministerio de Fomento adjudicó la redacción del estudio de los 35 kilómetros de autovía entre Terrassa y la capital del Vallès Oriental.
La noticia alertó a los ayuntamientos vallesanos, que ya paralizaron el proyecto en el año 2010. Ahora, la Generalitat de Catalunya ha advertido que antes de prolongar la B-40 el Pla Específic de Mobilitat del Vallès Occidental debe definir las necesidades de movilidad de la comarca.