Lo repitió varias veces: "El adversario es muy duro, muy intransigente, intolerante y en ocasiones salvaje". Por eso el independentismo no puede permitirse "ninguna tontería de desunión". Artur Mas, expresidente de la Generalitat, lanzó ayer en Terrassa un alegato por la unión de los independentistas, por la "constancia y la determinación".
Cada semana, desde hace meses, se convoca en el Raval de Montserrat un "Cant per la llibertat" para pedir la liberación de los presos por el "procés". Mas participó en la convocatoria de ayer junto a cientos de personas que corearon "El cant dels ocells", "L’estaca", la adaptación de la "Bella Ciao" y "La canço dels indignats" tras un minuto de silencio.
Antes de ponerse ante el micrófono, el expresidente cantó también, al lado de Meritxell Lluís, concejal y esposa de Josep Rull, preso en Lledoners. Entre gritos de "¡president!", entró en el atrio del Ayuntamiento y reclamó comprensión para los líderes que, por el hecho de ejercer ese liderazgo, deben tomar decisiones en época de dificultades. "Es importante que no se sientan solos", dijo, pues ese acompañamiento "da sentido" a las decisiones "en situaciones complicadas". Mas consideró "una vergüenza" la existencia "de presos o exiliados" en un Estado de Derecho. Los independentistas deben evitar "hacerse la puñeta unos a otros", afirmó, entre gritos de "¡unidad!".