Opinió

Los ciudadanos de Terrassa censuran el gobierno del PSC

Una de las promesas incumplidas del PSC ha sido, y es, que nuestra ciudad esté limpia. Y cuando se dice “esté limpia” nadie presupone que en nuestras calles se puedan operar enfermos como si fuera un hospital. Lo que se espera es que las calles, las aceras, los puntos de recogida o el mobiliario urbano no nos produzcan una sensación de rechazo de manera continuada.

Lo primero que le viene a uno a la mente a la hora de imaginar qué pasa y cómo se puede solucionar es pensar que la empresa de recogida no hace bien su trabajo. En el caso de Terrassa es una especulación que hoy en día nadie se atreve a desmentir ni a afirmar, por la sencilla razón de que el gobierno hasta la fecha no ha permitido auditarla. A falta de datos objetivos, y teniendo en cuenta que se ha aumentado el presupuesto para limpieza en más de un 25% los últimos tres años, es fácil resolver que, si bien aumentar los recursos podría ser una parte de la solución, es evidente que el problema tiene que ver con la apatía del gobierno por atajar problemas de fondo.

Desde que se hizo público que la oposición iba a reprobar la gestión política del PSC en materia de limpieza hemos visto cómo, desde el verano, se han sucedido señales de que el gobierno está más pendiente del servicio, no por otro motivo que el de su propia supervivencia, claro está. El responsable del área se ha lucido en redes sociales tratando de mostrar eficiencia en la limpieza diaria, y en medios de comunicación hemos leído balances de actuaciones y asignaciones de recursos extraordinarios, todo lo cual refuerza la idea de que hasta entonces el alcalde y su equipo estaban en la luna de Valencia.

La reprobación de la gestión política en materia de limpieza que se realizó la pasada semana, con la suma de toda la oposición, no ha sido una reprobación partidista, ha sido una reprobación mayoritaria de la ciudadanía de manera mayoritaria y reiterada.

Recordar que el propio barómetro de opinión municipal, que se hizo público a principios de este año, ya indicaba que la limpieza era una de las principales preocupaciones a nivel municipal y uno de los servicios peor valorados, en la posición 28 de 31. Es decir, en la cola. Pero hay más: un organismo a nivel nacional, el Observatorio de los Servicios Urbanos (OSUR), lleva dos años consultando la opinión sobre la calidad de los servicios públicos de las 30 ciudades más grandes de España y este año, con el apoyo de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), ha señalado de manera evidente el deterioro en la percepción del estado de la limpieza de nuestra ciudad. Un 52% de los encuestados no está satisfecho con la limpieza en Terrassa. Además, la gestión de los residuos ha empeorado un 13% respecto al informe de 2017.

En Ciutadans desde el principio de este mandato consideramos, con acierto, que sólo la preocupación por el desempleo superaba la preocupación por el estado de mantenimiento y limpieza del espacio público. En 2016 acordamos con el gobierno adelantar la compra de dos nuevos camiones para incorporar a la flota de Eco-Equip, en 2017 condicionamos nuestro apoyo a los presupuestos a la inversión extraordinaria de un millón de euros, en 2018 conseguimos que se aprobara una resolución para mejorar la limpieza del espacio público y en especial del mobiliario urbano, y hemos compartido otras iniciativas similares del resto de la oposición. En resumen, hemos facilitado el aumento de recursos dejando que la dirección política no tuviera excusa para no acometer una reorientación del servicio de manera integral. Pero no lo han hecho. Por ese motivo la oposición les va a obligar. Entre otras iniciativas, la reprobación contenía una de Ciutadans de singular importancia. Se trata de convertir la Taula de Residus de la ciudad en un Observatori, mejorando la participación ciudadana y potenciando algunas funciones para poder ofrecer propuestas que no puedan ser arrinconadas por el gobierno municipal.

En Ciutadans nunca hemos puesto en entredicho la forma en que el Ayuntamiento desempeña su obligación de tener la ciudad limpia, que se hace directamente a través de una empresa municipal. Al ciudadano de a pie poco le importa el modelo, le importa que se gestione bien y que lo que paga revierta en un buen servicio. Se trata de que la ciudad esté limpia y los puntos de recogida, en condiciones de uso. El modelo actual merece una oportunidad si se demuestra que puede ser tan eficaz como cualquier otro.

 * El autor es portavoz del Grupo Municipal de Ciutadans (Cs) en el Ayuntamiento de Terrassa

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