Opinió

El parking

El parking en el Hospital de Terrassa es definitivamente un problema. Se trata de un problema que cuando se reaviva ultrapasa los límites del recinto hospitalario debido a la trascendencia del espacio y su muy elevado volumen de utilización. De forma cíclica, los usuarios del Hospital de Terrassa se quejan de los precios del parking del hospital, de la obligatoriedad de utilizarlo dado que no hay alternativa de aparcamiento y de la saturación del mismo puesto que en muchas ocasiones, en horas punta es imposible aparcar, ni tan siquiera en el parking de pago.

Parece ser que la dirección del Hospital utilizó el parking como moneda de cambio en la negociación con los trabajadores de los recortes que se llevaron a cabo en el año 2013. Se acordó que el personal del centro pagaría una cuota de veinticinco euros al año por la utilización del aparcamiento. El tiempo ha pasado, la demanda no sólo persiste, sino que ha aumentado y el comité de empresa advierte de que la dirección del hospital está barajando la posibilidad de modificar aquel acuerdo y aumentar a los trabajadores la cuota por la utilización de ese aparcamiento.

De aquellos polvos vienen estos lodos. Seguramente, el parking fuese en su momento una buena opción para desbloquear una negociación decididamente compleja, pero claro, ahora es posible, si se confirma la advertencia del comité de empresa, que la dirección se haya dado cuenta de que, por una parte, pierde dinero y, por otra parte, el parking está sometido a una presión desmedida dado que el cuarenta por ciento de los usuarios es personal empleado en el hospital. Es decir, que sometiendo a algo de presión a los trabajadores, por una parte, el centro podría aumentar los ingresos provenientes del parking y por otra rebajar la presión sobre la instalación. Lógicamente, los trabajadores ya se han movilizado y han puesto la cuestión en conocimiento del Ayuntamiento, que forma parte del consejo de administración, en una proporción, también del 40 por ciento.

Los trabajadores tienen razón en una cosa, no es fácil ir al hospital, a lo que habría que añadir que tampoco tenemos la suficiente cultura de utilización del transporte público. Si así fuese no se solucionaría el problema, pero seguramente sería de menor envergadura.

Por otra parte, el comité de empresa introduce un interesante elemento de debate que es el apaciguamiento del tráfico de la carretera de Sabadell. En ese sentido, el Ayuntamiento solicitó una vez más ayuda recientemente a la Generalitat para convertirla en una vía amable con carril bici y fácil acceso para caminantes. Mantener la tensión en esa propuesta puede contribuir a solucionar el problema.

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