Se trató de una operación exprés: una queja por los olores penetrantes a cannabis que emanaban de una casa de Ca n’Aurell ha dado lugar esta semana a la visita de unos mossos d’esquadra a ese inmueble y al hallazgo y confiscación de más de cuatrocientas plantas de marihuana. Los dos presuntos responsables de la plantación no fueron detenidos, pero sí denunciados por la vía penal. Los delitos atribuidos son los habituales en estos casos: un delito contra la salud pública y otro de defraudación de fluido.
La intervención se desencadenó a las diez de la mañana. Agentes de los Mossos d’Esquadra se dirigieron a un edificio de la calle del Doctor Salvà, entre las calle sde Galvani y de Faraday, en respuesta a una información de queja por el olor a maría que surgía de ese edificio.
Poco tardaron los policías en confirmar lo cierto de la información: comprobaron la existencia del intenso aroma y vieron también signos de que el suministro eléctrico del edificio estaba manipulado. Y en un lateral había instalado un tubo de extracción de humos del que salía más olor vegetal, el inconfundible efluvio cannábico.
autorización
Los mossos entraron en la casa y la registraron con autorización de los moradores. No hizo falta, pues, un mandamiento judicial para el registro de aquel edificio señoreado por el aromoso ambiente. En la inspección, los agentes encontraron, en efecto, lo previsible. Unas cuantas plantas de maría. Localizaron 414 matas, según indicaron fuentes policiales.
Decomisaron la hierba y nueve focos de luz de alta potencia, así como cuatro ventiladores. Los dos moradores de la vivienda fueron denunciados por lo penal, imputados por un delito contra la salud pública (tráfico de drogas) y por defraudación de fluido eléctrico. Son dos varones, de nacionalidad española, que rondan los 30 años.