No hay pruebas concluyentes de que Abdeslam Laaroussi, el imán de Terrassa imputado por supuesta incitación al odio y la discriminación, por inducir presuntamente a los hombres a golpear a las mujeres, cometiese esos delitos cuando era el clérigo principal en la mezquita. No hay pruebas concluyentes para el juzgado de instrucción número 2 de Terrassa, que ha decidido archivar el caso seis años después de que se abriese el proceso.
Las dudas generadas por las interpretaciones de los sermones grabados por los Mossos d’Esquadra han resultado cruciales para el sobreseimiento provisional del caso del imán, que en marzo del 2010 generó un revuelo mediático estruendoso. Y es que el auto judicial indica que las únicas pruebas de la perpetración del delito serían dos sermones registrados el 16 de diciembre del 2011 y el 20 de enero del 2012. Pero las traducciones de esas proclamas "difieren en matices que se consideran sustanciales y fundamentales para la imputación de los hechos", destaca la resolución. Esa duda, añade, debe beneficiar al querellado.
Estos son los puntos elementales de la imputación desmontada: el imán se refirió a golpear a la mujer con el "sewak", un palo de unos ocho centímetros de longitud y medio centímetro de diámetro. El clérigo declaró en sede judicial que su alusión era simbólica, pues el "sewak" no tiene capacidad para causar mal. Un policía dijo algo similar, respecto de lo que era el "sewak", en una declaración realizada en octubre del 2015. El imputado aportó un palo como el indicado en el juzgado de instrucción.
Parecía que el sermón hacía referencia a golpear a la mujer, pero también puede deducirse una lectura simbólica, tanto por el objeto a usar (el palo antedicho) como por otras expresiones que pronunció el imán, dictamina la resolución.
Esas distintas expresiones hablaban de las medidas a adoptar por el hombre ante la mujer, de dejarla abandonada en el lecho matrimonial "pero no en la casa", de nombrar árbitros de las dos familias para dirimir conflictos y de las referencias a que el Islam "respeta los derechos de las mujeres".
Abdeslam Laaroussi efectuó un gesto ante el auditorio en una de las oraciones. Era un ademán de golpear y un agente lo vio y lo hizo constar en el informe. Pero el magistrado considera que ese gesto "tampoco acredita de manera concluyente la existencia de esa incitación al odio o a la violencia", y no la acredita porque es un ademán "genérico e inconcreto". El clérigo islámico afirmó que en los sermones se limitó, en gran parte, a hablar de los textos sagrados del Islam, que contienen algunas de las expresiones pronunciadas.
Las divergencias sobre lo que realmente dijo el imán han favorecido al imputado. Según alguna traducción, aseguró que en el Islam los golpes son práctica tolerable. Sin embargo, un traductor nombrado por el juzgado de instrucción manifestó que tal traducción no era la correcta y que en realidad el religioso había dicho: "No vaya a entender la persona que el Islam tolera pegar". La duda beneficia al querellado.
La historia
La defensa pidió un sobreseimiento libre, con efecto de absolución, pero el órgano judicial terrassense acuerda un sobreseimiento provisional. No hay prueblas concluyentes de la comisión del delito, pero tampoco puede afirmarse, sin género de duda, que no se hubiesen perpetrado los hechos objeto de querella. Lo que pasa es que no se han probado los elementos que justifiquen seguir adelante (de momento) con las actuaciones. El caso saltó a la luz pública en marzo del 2012, cuando se supo que el imán había sido citado a declarar como imputado en la comisaría de los mossos en Can Tusell.
Lo investigaban por, supuestamente, llamar a los fieles a "corregir" mediante la violencia conductas inapropiadas de sus esposas, y por llegar a poner ejemplos de golpes o aislamiento. El clérigo acudió a la comisaría el 6 de marzo, pero no quiso declarar. Los investigadores consideraban que había indicios suficientes de que el imán aprovechó supuestamente su condición de líder religioso de la comunidad musulmana "para proferir mensajes discriminatorios y vulneradores del principio de igualdad y del derecho a la integridad física y moral de la mujer".
Las investigaciones las habían iniciado los mossos un par de semanas antes. Un colectivo de mujeres musulmanas de la ciudad dijo haber recibido la noticia de la imputación con tristeza, pero subrayó que en ningún sermón se habían vertido comentarios negativos contra la mujer y sus derechos. "En ningún momento nos hemos sentido discriminadas o menospreciadas por nuestro imán", hizo constar el colectivo en un comunicado que hacía llegar al clérigo un "sincero apoyo" en aquellos "difíciles momentos". Idéntico apoyo mostró la asociación Comunidad Musulmana de Terrassa. Las reacciones se sucedieron en el ámbito político. El entonces alcalde, Pere Navarro, demandó una rapidez máxima en el esclarecimiento del caso al tiempo que abogaba por no tolerar el tipo de conductas denunciadas si se probaba lo investigado. El viernes 9 de marzo del 2012, el imán dirigió la oración en la mezquita de la calle del Doctor Pearson sin aludir al caso en el que estaba inmerso y que tantos ríos de tinta había hecho correr.
El 15 de marzo, Plataforma per Catalunya anunció que se personaría como acusación en el proceso, y así fue. Unos días después se supo que la Fiscalía se había querellado contra el religioso, atribuyéndole mensajes discriminatorios contra las mujeres que había proferido en dos sermones. "Dios Todopoderoso nos indicó cómo comportarnos con la esposa y cómo solucionar los conflictos conyugales", sermoneó el imán, según el fiscal. Y añadió el clérigo, citando el Corán, agregaba el Ministerio Público: "¡Amonestad a aquéllas de quienes temáis que se rebelen, dejadlas solas en los lechos, pegadles! Si os obedecen, no os metáis más con ellas, Alá es excelso, grande".
Relevado
Antes de que acabase aquel convulso mes de marzo, la Generalitat y el Ayuntamiento habían anunciado su personación en la causa como acusaciones. El Consistorio lo hizo debido a la repercusión y la gravedad del caso "y para poder tener toda la información de primera mano". El 4 de mayo, Abdeslam Laaroussi declaró en el juzgado: se dijo inocente y argumentó que sus palabras se habían extraído de su contexto religioso.
Casi al mismo tiempo, ese mismo día, era relevado en la mezquita a modo de medida cautelar en tanto no hubiese sentencia.
No hay sentencia, pues el asunto no llegó a juicio, entre otras razones porque la instrucción se prorrogó, pero sí hay un auto de archivo seis años después. Un auto de "sobreseimiento provisional por no resultar debidamente justificada la perpetración del delito".