CaixaBank obtuvo un beneficio de 1.298 millones de euros en el primer semestre de 2018, lo que supone un 54,6% más que en el mismo período de 2017, impulsado por la mejora de los ingresos básicos del negocio bancario, la contención de costes y la reducción de las dotaciones.
Además de estas razones el negocio de BPI en Portugal se incrementó en 76 millones de euros, aunque si se tiene en cuenta la aportación de las participadas, la contribución total aumentó a 252 millones, según informó ayer Caixabank en un hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El negocio de las participadas de CaixaBank aportó un resultado de 415 millones, lo que incluye los ingresos por dividendos (104 millones) y los resultados de las entidades valoradas por el método de la participación, que incorporaron 118 millones de resultado neto atribuido del Banco de Fomento de Angola (BFA).
Plan estratégico
Caixabank impulsó su rentabilidad (Rote) hasta el 10,4% en el primer semestre, por lo que se mantiene en línea con el plan estratégico para 2018, en el que contempla situar este indicador entre el 9% y el 11%. La tasa de morosidad se volvió a reducir en este periodo, hasta situarla en el 5,3%, con lo que lo ha disminuido cinco décimas respecto al trimestre anterior. Respecto al margen de intereses, el grupo alcanzó los 2.432 millones, lo que supone un crecimiento de un 3,5%, mientras que las comisiones netas se situaron en 1.293 millones, un 3,3% más, y los ingresos por contratos de seguro o reaseguro aumentaron un 21%, hasta los 282 millones.
Margen de explotación
Por su parte, el margen bruto subió un 8,7%, hasta los 4.654 millones, y el margen de explotación se situó en 2.342 millones, con un incremento interanual del 19,6%. El crédito bruto a la clientela de CaixaBank creció un 0,8% interanual y se situó en 225.744 millones, gracias al crecimiento del crédito al consumo y la nueva producción de hipotecas. Los recursos de clientes alcanzaron los 366.163 millones hasta junio, un 4,8% más, en tanto que los activos bajo gestión aumentaron hasta los 98.316 millones. Caixabank redujo la ratio de morosidad del 6,5% al 5,3% y los saldos dudosos descendieron de los 15.492 millones hasta los 12.714, gracias en parte a la venta de carteras. Las pérdidas por deterioro de activos financieros y otras provisiones disminuyeron un 57% respecto al mismo período de 2017, hasta los 531 millones. En concreto, las pérdidas por deterioro de activos financieros
bajaron un 47,5%, hasta los 248 millones, y las dotaciones a provisiones cayeron casi un 63%, hasta los 283 millones. La entidad apuntó que en el segundo trimestre, derivado de la operación de recompra de Servihabitat, se registró una provisión de 152 millones correspondiente a la diferencia entre el precio de recompra a TPG del 51% y el valor razonable estimado para esta participación.
El consejero delegado del Grupo CaixaBank, Gonzalo Gortázar, en el acto de presentación de resultados, celebrado en Valencia, se manifestó ayer en contra del impuesto a la banca proyectado por el Gobierno. “No es el momento, ni es una buena idea”, dijo. Gortázar sugirió en cambio que el Ejecutivo revise el equilibrio de sus cuentas. “Tenemos que hacer un esfuerzo para reducir el déficit público, es la mejor receta para mantener el estado de bienestar”, dijo. En los últimos días, distintas entidades financieras como Bankia, Bankinter y Banco Santander también han rechazado de lleno la aplicación del nuevo impuesto.