Opinió

Relación

Salvador Pérez, histórico dirigente del barrio del Segle XX, repasó en el último pleno municipal el listado de agravios que mantienen sus convecinos con el Ayuntamiento. Habló de baches, de aceras en mal estado, de calles sin urbanizar o de pavimentos en mal estado. Por muy sorprendentes que parezcan algunas reivindicaciones, se trata de reclamaciones habituales en la relación entre entidades vecinales y administración municipal. No obstante, además del listado, en el que no es posible soslayar el asunto de las calles sin urbanizar, llama poderosamente la atención cómo resolvió el equipo de gobierno la intervención del barrio del Segle XX en el pleno: emplazó a la asociación de vecinos a una reunión en octubre.

Es incluso más sorprendente que haya calles sin urbanizar en Terrassa que el hecho de que reivindicaciones como las expuestas por Salvador Pérez no estuvieran ya recepcionadas, debatidas y canalizadas por los servicios de participación ciudadana y se tenga que emplazar a la asociación de vecinos a una reunión el próximo mes de octubre. Ante una situación así, hay que plantearse si se hace necesario revisar los mecanismos de participación y de relación entre las entidades y el Ayuntamiento. Se hace difícil creer que Salvador Pérez no haya podido hacer llegar a ningún técnico municipal la problemática que planteó en el pleno y que haya tenido que ser esa intervención la que haya activado el mecanismo de relación.

Al margen de ello, es una buena cosa que las entidades vecinales puedan expresarse en el pleno. No sólo es una forma de hacer llegar las necesidades de los barrios a la administración, sino que sirve a la ciudadanía para hacerse una fotografía general de la ciudad. En ese sentido también puede servir para situarnos en el escenario de los presupuestos participativos. En el mismo pleno en que habló la asociación de vecinos del Segle XX, se aprobó un sensible aumento de la dotación económica para los proyectos que debe asumir la ciudadanía. Se trata de una iniciativa participativa interesante que seguro tiene todavía recorrido, no sólo cuantitativa, sino también cualitativamente. El reto, además del aumento de la dotación económica, debe ser el de la participación y el mecanismo de designación de los proyectos que se llevarán a cabo. Cuanto mayor sea el nivel de participación, mayor será la legitimidad. Por cierto, sólo recordar que de unos presupuestos participativos se aprobó la construcción de un skate park del que todavía no se sabe nada. No fue un buen precedente y siempre planeará sobre la seriedad de la iniciativa.

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