El Kau de les Fades ha escogido el mes de julio para proponer un nuevo ciclo de conciertos en el que apuesta por el pequeño formato y por la canción de autor, combinando además (de la mano del organizador del ciclo, David Traver) algún nombre más conocido (como el de Litus, que javascript:cargarFckEditor(‘pTexto’);actúa esta semana) con otros de artistas más desconocidos, como es el caso del dúo que actuó el viernes.
Raquel Lúa y Amaia Miranda conforman una de aquellas propuestas profundas, delicadas, un proyecto emergente que ya está contando con notables reconocimientos, el más importante de los cuales el que le brindó el Concurs de Cantautors d’Horta-Guinardó otorgándole, en 2017, su primer premio.
Se trata de un proyecto aún inédito, aunque lo será por poco tiempo; Raquel Lúa está grabando el que será su debut discográfico, que verá la luz este otoño con el título de "Ruegos y demás."
La canción que le da título al disco fue una de las que integraron un repertorio cuyas influencias anidan las músicas de raíz, y donde planean los ecos del estilo de cantantes como Sílvia Pérez Cruz y Maria Arnal.
La de Raquel Lúa es una voz de gran transparencia, fresca, fluida, que se desgrana buscando la intensidad de la emoción. Lúa es una barcelonesa aliada con una bilbaína que ha tomado junto a la guitarrista el camino común de la sencillez y la poesía, armada por enseñanzas llegadas de otras épocas que parecían dormidas, aunque no olvidadas. A través de piezas como "Un suspiro" o "Preciosa y el aire" o la preciosa "Fragilidad", recorren los caminos de la tranquilidad y la hondura, también con alguna que otra mención al flamenco. Su propuesta también incluye la actualización, a través de arerglos propios, de clásicos como "Ojos verdes" o "Trigales verdes", o la relectura en clave folc de piezas como "Tu calorro", de Estopa, o "Soledad", de Jorge Drexler.
Nanas y amor
El Kau de les Fades se llenó de aficionados (varios incluso tuvieron que quedarse de pie) para escuchar esta delicada puesta en escena que sirvió además para conocer un poco más a una artista que "hace dos años y medio o tres estaba en casa con un trabajo ‘de caca’ y decidieron darme una beca de música", lo que cambió radicalmente su vida. Ahora es capaz de despertar a su audiencia cantando nanas de Jaén enlazadas con canciones propias, como la que le escribió a su sobrina "Júlia", o presentando la "primera y única canción de amor" que ha escrito, la muy especial "Mise en abyme." Construyendo poco a poco, Lúa se consolida como una artista emergente muy a tener en cuenta.