Si la presión policial ha sido continuada en el caso de las asociaciones cannábicas, los cuerpos de seguridad no han tenido menos trabajo en el desmantelamiento de plantaciones de maría.
En el 2015, según datos de los mossos, se hicieron registros en siete lugares, con siete detenidos y la intervención de 2.812 plantas y un kilo de cogollos. Las entradas en casas fueron veintitrés en el 2016, con 36 detenidos y dieciocho imputados, y con 9.379 plantas y 75,4 kilos de cogollos requisados. El año pasado la cifra de registros fue de trece en otras tantas viviendas, con un resultado de veinte detenciones y la incautación de 12.204 plantas y 43 kilogramos de cogollos. En lo que llevamos del 2018 el número de redadas roza la docena, con diecisiete imputados (once de ellos detenidos) y la intervención de 2.887 plantas de marihuana y diez kilos de cogollos de la misma sustancia.
Los cultivos grandes se sitúan en zonas de la periferia, en urbanizaciones, tanto de Terrassa como de poblaciones próximas tales que Vacarisses, Viladecavalls o Matadepera. En el casco urbano de Terrassa se concentran las plantaciones más pequeñas; son al mismo tiempo las que acostumbran causar más molestias al vecindario por los olores y el ruido de los aparatos de aire acondicionado. En todos los casos los cultivadores tenían "pinchado" el suministro eléctrico de las fincas.