Terrassa

El archivo personal se esfumó

Contaba la artista Carmen Valverde, autora del cuadro dedicado a Lluís Muncunill, que se descubrió este miércoles en la Galería de Terrassencs i Terrassenques Il·lustres del Ayuntamiento, que le fue difícil pintar su figura puesto que apenas hay fotografías. Valverde añadía que habían sido importantes los detalles que recordaban sus nietos como que tenía el cabello claro y los ojos azules.

Las fotografías son un elemento importante para referenciar a una personalidad y su época pero también son necesarios los documentos escritos para reconstruir su trayectoria vital. En Muncunill se echa en falta un archivo personal; un legado que permita conocer qué pensaba sobre su profesión y las corrientes del momento, qué influencias recibió, con quién mantenía correspondencia (si la hubo), cuál era su círculo de amistades, que leía…

Los descendientes -nietos en Terrassa y Barcelona- han dado algunas pistas. En su trabajo era una persona seria, responsable, de fuerte carácter (seguramente ello le llevó a las discrepancias con el gobierno municipal de la época y cesó en su cargo de arquitecto), inquieto y creativo. Estos rasgos también se subrayan en el obituario que publicó el diario El Día, el 16 de abril, un día después de su fallecimiento. "Era un terrassense de corazón y adopción, inteligente, de sólida cultura, señorial, enamorado de todos los estilos, poco comunicativo y austero", se decía.

Retrato intimista
En el plano más familiar se intuye, a través de las imágenes que se conservan, que disfrutaba de la vida con sus hijos y esposa en las masías de de propiedad; en Fals, Bages (de donde procedía el arquitecto) y en Can Palet de la Quadra (finca que heredó su esposa Àngels Palet). Con los recuerdos proporcionadas por algunos de sus nietos, Àngels Muncunill Ribas, y Carles y Àngels Escudé Muncunill, hemos sabido también que se preocupaba por la formación de sus hijos (seis), que le gustaba el arte y la arqueología, que frecuentó las tertulias del Gran Casino, que le gustaba ir de caza y que al final, cuando el Modernismo, ya no estaba de moda, quedó en un segundo plano. Con lo publicado por Mireia Freixa, se ha conocido también que hizo al menos un viaje, por motivos profesionales, a Mallorca para ver las obras que realizaba Antoni Gaudí en la Catedral de Mallorca.

Tenemos algunos indicios pero puede que hubiéramos tenido más. En la última etapa, Muncunill alternó su residencia en Puig Novell, número 13 (la Casa Parial Can Parellada que aún se conserva) con la Masia de Can Palet (también permanece en pie y sigue siendo propiedad del linaje de la familia). La nieta Àngels Muncunill explica que su abuelo guardó documentación en Can Palet pero que se perdió, que alguién se deshizo de ella.

Tras su muerte, los descendientes hallaron algunos objetos; fotografías familiares, una regla de cálculo, un maletín, un pañuelo así como algunos planos de edificios que había construido y que hoy forman parte de los archivos municipales. También se conoce que hay muebles de su autoría, aunque no firmados, en la Masia Freixa y algunos de propiedad particular.

Muncunill no tuvo casa propia ni dejó archivo personal pero si archivo administrativo sobre su obra. Hemos tomado contacto con el Arxiu Comarcal del Vallès Occidental (ACVO), con sede en la calle de Baldrich. El centro de documentación histórica custodia un fondo de los expedientes de permisos de obras que tramitó, así como algunos, muy pocos, fondos anexos que guardan relación, como el de Pau Gorina, uno de los constructores colaboradores del arquitecto. El fondo propio de Muncunill reúne nada menos que 1.823 licencias, lo que da una idea de la extensa huella que dejó el facultativo en la ciudad.

Una ojeada rápida a esta larga lista nos ha permitido confirmar que el arquitecto fue muy prolífico. No sólo trabajó para la clase textil adinerada de su época sino también para familias de clase media. La lista consultada acoge permisos de obras en muchas zonas de la ciudad que abarcan desde 1893, recién titulado en la carrera de Arquitectura hasta 1931, año en que falleció. De ese remoto 1893 pidió una licencia para construir una casa en la calle de Suris y en 1931 hizo por igual para unas casas en Galileu, Salmeron y Rutlla.

En las referencias se observa que son licencias para uso residencial, que en su momento era la típica casa inglesa de planta baja y piso o sólo de planta baja. Esta arquitectura doméstica con firma de Muncunill se extiende principalmente por el Centre y su ensanche, y en Can Palet y Ca N’ Aurell, dos barrios estos últimos que empezaron a crecer a partir de 1920. Así que es probable que haya miles de familias que residan en una casa concebida por el ilustre arquitecto que transformó la ciudad de finales del siglo XIX y principios del XX.

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